Las miles de firmas en las paredes ya no están. Parece como si nunca hubieran estado. La Bodeguita del Medio se libró repentinamente de toda su historia, de las parejas que se sentaron a disfrutar de un mojito, de gente de todas partes que tarareaban boleros y guarachas aunque no entendían las letras, de las celebridades del siglo pasado que la pusieron en el mapa y de los nuevos famosos que le pusieron un marcador en el mapa de sus teléfonos porque tenían que pasar por ahí en su visita a la isla.
El director creativo de la revista de arte Vistar Magazine, Robin Pedraja, publicó en sus redes sociales imágenes de la restauración del restaurante y cuestionaba la idea de borrar «todo ese patrimonio» y cientos de comentarios concuerdan en rechazar la iniciativa.
En contraste, José Miguel Pumarada Fernández, director del local en una entrevista con 14ymedio, aseveró que «las firmas no son patrimonio», y sostuvo que el emplazamiento ya ha sido objeto de tres intervenciones, defendiendo que esta remodelación era inminente debido al mal estado de las instalaciones.
«Había filtraciones por todos lados, los clientes estaban comiendo y el agua caía en la mesa, había mucha humedad. Los cuadros se caían de las paredes porque el repello estaba podrido, la humedad era mucha y era parte de las quejas de los clientes que visitaban la casa», comentó el directivo.
Pumarada explicó que pintaron las paredes con el mismo color anterior y se respetaron todos los bienes patrimoniales, incluyendo los objetos museables como las fotos con sus cuadros y el libro de firmas, pero que hacía falta esta reparación, que se venía postergando desde hace tres años.
El gerente aclaró que la Oficina del Historiador fue la primera institución consultada para iniciar la renovación del icónico lugar, y aunque sin razón aparente no se ocupó del trabajo, cuentan «todos los niveles de aprobación» de la Comisión de Monumentos.
No obstante, un especialista del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad refirió que no estaba al corriente del proyecto y que estima de «lamentable y una violación» la eliminación de las firmas. «Si borraron todo es terrible. Es un lugar icónico, no es una taberna cualquiera», dijo al citado medio.
La especialista Salomé García, graduada de Artes Plásticas del Instituto Superior de Arte quien se encuentra realizando un Máster en Conservación y Restauración de Bienes Culturales en la Universidad Politécnica de Valencia, consideró esta remodelación como otro componente de «la ofensiva iconoclasta del Estado cubano» contra el patrimonio y que, por la naturaleza estatal/pública de su propiedad, los contratos para estas reparaciones deberían ser licitaciones públicas.
El interior de La Bodeguita del Medio ha sido objeto de remodelaciones en varias ocasiones, como la llevada a cabo en 1997 a raíz del atentado que sufrió la instalación.
En la actualidad, el bar se mantiene clausurado debido a las medidas sanitarias impuestas ante la lucha contra el coronavirus, pero tiene «una tiendecita» a un costado mediante el cual se venden alimentos. Un vecino alegó que el único producto disponible es el bocadito de jamón a 25 CUP y que parece «de comedor comunitario».
El Centro Histórico de la Habana Vieja, zona en la que está enclavado el bar, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982, y La Bodeguita del Medio se publicita como «la cuna del Mojito», a pocos metros de la Plaza de la Catedral, por lo que esta área goza de gran favoritismo entre los turistas.
