El severo desabastecimiento de cigarros en el mercado lícito cubano desde inicios de año, a causa de la implementación de la Tarea Ordenamiento y de demás inconvenientes, ha provocado que el precio de este producto en el mercado informal de haya disparado.
Ninguna de las redes de tiendas en CUP ha sido surtida con cigarrillos nacionales en los últimos dos meses. Mientras las autoridades de Comercio Interior continúan en silencio sobre la causa de la desaparición del producto, los valores no se distancian de la tendencia creciente.
Frank Daniel Vásquez, vecino de Centro Habana, aseguró que ninguna tienda de su municipio y de los aledaños se encuentra con disponibilidad de algún tipo de cigarro, y que solo los hoteles tienen oferta de las marcas importadas, las que casi ningún cubano consume.
Añadió que para los que fuman marcas suaves, como es su caso, se hallan en una gran desventaja porque eran de por sí los productos más caros, y la misma caja que valía 38 CUP en diciembre, valía 52,50 CUP en enero, 70 CUP hasta marzo y ahora no baja de 150 CUP.
Los cigarros nacionales más baratos, Criollos (fuertes) y Aromas (suaves), están desaparecidos de las tiendas, donde deben costar 7 CUP por caja. La cajetilla solía valer 10 CUP en el mercado informal, y ahora se estableció en los 30 CUP.
Solo los cigarros de marca Popular Verde son posibles de encontrar en algún hotel a 50 CUP la caja, mientras que está a 80 CUP en el mercado negro.
Lisandra Loyola Mederos, especialista de Recursos Humanos residente en Plaza, protestó por la falta de transparencia y de explicaciones sobre la crisis de producción y comercialización de cigarros. Explicó que la marca importada de cigarros suaves Rothmans se cotiza entre los 125 y los 200 CUP ilícitamente, en dependencia de la variedad.
A principios de 2020, Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, sostuvo que el déficit de cigarros se debe al grave desabastecimiento de la mercancía, que fue tuvo una demanda sobredimensionada en los últimos días de ese año.
No obstante, trabajadores de fábricas habaneras han desmentido estos alegatos, considerando que «no se corresponden» con la realidad.
René Oropesa, por ejemplo, precisó que ninguna de las fábricas de la capital ha cesado la producción en el último año, por lo que no existe justificación alguna para que no se abastezcan tiendas y establecimientos estatales de esta mercancía regularmente. Y es que en el puerto del Mariel se pueden encontrar todos los tipos de cigarros de producción nacional, listos para la exportación, pero eso no lo dicen.
Cuentapropistas coincidieron en la privación que representa el incremento abusivo de los precios de cigarros en el mercado informal, provocado por la misma escasez que también afecta el suministro del sector privado.
La dueña de un restaurante en la Habana Vieja, Judith de la Caridad Morales, afirmó que ni los privados osan especular con los precios porque el Gobierno los está vigilando constantemente. Apuntó que no venden cigarros porque no se ofertan marcas de producción nacional y las importadas nunca han sido realmente del consumo del cubano común.
Agregó que las cooperativas están obligadas a vender los cigarros y tabacos al mismo precio del Estado, por lo que, por el momento, todo el mundo está afectado y se encuentra esperando a que el Gobierno aunque sea declare fechas para esperar mejoras en la situación.
