Durante los tres primeros días de la intervención sanitaria que comenzó este lunes de forma escalonada –a partir de la inclusión de estudiantes de Ciencias Médicas, trabajadores de la salud, BioCubaFarma, grupos de riesgo y territorios seleccionados– fueron vacunados alrededor de 70 000 cubanos en todo el país.
«El pinchacito, de momento me dio un ardorcito», pero «me siento divina», explica Cecilia Reyes, de 69 años, después de recibir la primera dosis de Abdala, uno de los dos proyectos vacunales más avanzados de Cuba y con el que La Habana ha empezado la inmunización de sus habitantes.
La isla, que ha concebido y desarrollado sus propios antígenos contra el coronavirus, se apresuró esta semana para iniciar la campaña de inmunización en poblaciones de riesgo, antes de terminar los ensayos clínicos de sus candidatas a vacunas.
Este tipo de campañas antes de concluir los ensayos se conocen como intervención de salud pública.
Ayer miércoles comenzó en La Habana la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala en los municipios de Regla, Guanabacoa, Habana del Este y San Miguel del Padrón, que prevé inocular contra la COVID-19 a cerca de 400 000 habaneros.
Posteriormente se incorporarán a la inmunización con ese candidato vacunal los municipios de Arroyo Naranjo, Boyeros y Cotorro, en los que se espera vacunar a cerca de 383 000 residentes.
En la segunda etapa de intervención en La Habana, entre la segunda quincena de junio y el mes de agosto, se aplicará Soberana 02 a los habitantes de los municipios de Plaza, Playa, Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre, La Lisa y Marianao.
A su vez, en Santiago de Cuba, Matanzas, Pinar del Río y el Municipio Especial Isla de la Juventud se alistan las condiciones estructurales, certificación de sitios clínicos y selección del personal y su capacitación para iniciar allí la intervención sanitaria. Otros territorios y grupos de riesgo también se incorporarán de acuerdo con el cronograma.
Sentada en un banco a la entrada del consultorio del médico donde fue vacunada en Regla, en el este de la capital, Reyes, que es hipertensa, cardiópata y asmática, pasa una hora bajo vigilancia médica, como lo establece el protocolo de vacunación. Todavía está un poco nerviosa y no para de hablar.
Sólo se queja de un pequeño ardor en el lugar del pinchazo. «Me siento divina, no me dio nada (ninguna reacción) y ahora voy a trabajar, voy a hacer unas papas rellenas», declaró esta ama de casa.
«Nosotros pensamos que ya en el mes de junio tengamos inmunizadas a 22,6% de la población, en julio 33,5% y en agosto al 70%», afirmó el ministro de Salud, José Angel Portal.


