La pasada semana reportamos la noticia de que el Ministerio de Transporte había emitido una resolución en la que se prohibía que los dueños de triciclos eléctricos pudiesen transportar personas en la parte trasera del vehículo.
La restricción, según la información brindada por el diario 14ymedio, busca que los que hayan comprado estos triciclos los utilicen como taxis particulares, enmascarando ese oficio alegando que están transportando a familiares o amigos.
Sin embargo, muchos dueños de vehículos de este tipo escribieron a nuestra redacción para criticar tal medida, pues el propio Gobierno tienen en circulación triciclos similares para el transporte público en La Habana. Incluso, en la noche de ayer, el Noticiero Nacional de Televisión anunció que se estaba terminando de ensamblar un lote de más de dos mil setecientos triciclos de este tipo para ser comercializados a formas de gestión no estatal.
Desde que llegaran al país, y comenzara su venta en las tiendas en Moneda Libremente Convertible, cientos de cubanos han decidido invertir los miles de dólares que cuestan para utilizarlo en el transporte de mensajería de mercancía o el traslado de pasajeros sin tener licencia para eso.
Muchos han apostado por este negocio, sabiendo que se trata de un vehículo que no consume gasolina, las ganancias pueden ser altas para el propietario y, al final, están sacándole partido a la situación de emergencia que vivimos.
Aunque el Gobierno no se ha pronunciado de forma oficial sobre la esta decisión, ya los agentes de Tránsito en La Habana están aplicando desde hace varias semanas multas a quienes circulen con pasajeros en la parte trasera de estos triciclos.
Los primeros de estos vehículos que se vendieron a la población si incluían asientos en la parte posterior, pero desde hace varias semanas se encuentran a la venta también otros con caja de volteo a precios de entre 3.895 dólares y 6.900. Pero más allá de las diferencias en forma y costos, ahora todos están bajo el escrutinio policial.
