Díaz-Canel ordena comenzar una «inspección» en las salas de Terapia Intensiva de toda Cuba ante el alarmante aumento de muertes por coronavirus

El presidente Miguel Díaz-Canel dio a conocer hoy que había ordenado iniciar una inspección en todas las salas de Terapia Intensiva del país, ante el alarmante aumento de las muertes por coronavirus en las ultimas semanas.

«He indicado revisar el trabajo en las terapias intensivas y profundizar en todas las causas del rebrote de Covid-19 en Cuba, que no deben buscarse solo en la agresividad de las nuevas cepas que circulan en el país», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

Las autoridades han reiterado en varias ocasiones que se deben «reforzar las medidas de protección contra la COVID-19», pero la curva de contagios sigue sin disminuir.

El Gobierno sugirió en varias ocasiones que el repunte de los contagios se debe en parte al relajamiento de los ciudadanos, lo que llevó a un endurecimiento de las medidas de vigilancia en zonas como la capital, La Habana, principal foco de la pandemia en Cuba.

Las autoridades estiman en unos 5.400 los casos activos, mientras que 644 personas fallecieron en total y más de 70 pacientes se encuentran en estado crítico o grave, según el parte del Ministerio de Salud Pública (Minsap).

La COVID-19 arrebató la vida a 18 personas el miércoles en Cuba, de las cuales 16 fallecieron en hospitales de La Habana; ambas cifras constituyen récords para la pandemia en la Isla, que comenzó en marzo de 2020.

La capital del país es la provincia más afectada por el nuevo coronavirus con una elevada transmisibilidad y un incremento de los decesos. Durante el mes de abril, que acaba hoy, los hospitales habaneros reportaron las mayores cifras diarias de ingresos de casos sospechosos, y de diagnosticados con el coronavirus de todo el país.

Desde marzo pasado, Cuba, que tiene un total de 11,2 millones de habitantes, se enfrentaba a un rebrote de contagios, aunque hasta ahora mantenía bajo control la pandemia.

Sin embargo, todo parece indicar que la apertura de las fronteras realizada en noviembre, en la que no se les exigió a los visitantes las pruebas negativas de COVID-19, además de los desmanes en las fiestas de fin de año, son las causantes del aumento en los contagios que ni el cierre y ni el toque de queda han podido detener.

Mientras que los centros médicos y hospitales están atestados de pacientes infectados, las autoridades de salud de la isla se quejan de que los cubanos parecen no tener clara la dimensión del riesgo.