Una multitud desaforada se amotinó frente a la tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC) de Cárdenas (Matanzas) porque es la primera vez que llegó pollo en una semana. La mañana se amenizó entre gritos, carreras y peleas varias.
Carilda Rubio, una anciana de 75 años de edad que no alcanzó a comprar pollo, compartió que, en su criterio, es una verdadera vergüenza que los cubanos estén teniendo una actitud tan violenta debido a la «situación tan precaria» que se está viviendo ahora mismo en Cuba, donde se germinan verdaderas batallas campales para alcanzar a «un trozo de pollo y una libra de aceite». «Vivimos un sálvese quien pueda», concluyó.
Así terminó una fila en Nuevitas, Camagüey, para comprar yogurt de soya. El desabastecimiento hace estragos en #Cuba. En breve más info ? pic.twitter.com/SNekWfH8yi
— Mario J. Pentón (@MarioJPenton) April 28, 2021
Agregó que le preocupa la transmisión de la pandemia de coronavirus en esas largas esperas, donde no se respeta el distanciamiento social o siquiera el correcto uso del nasobuco, lo que pudiera significar la razón por la que Matanzas permanece como la segunda provincia con mayor incidencia de la enfermedad en el territorio nacional.
La peor crisis económica en la isla en las últimas 3 décadas ha dejado estas y más situaciones por toda Cuba, lo que guía a muchos expertos a considerar el contexto actual como el Período Especial II, la nueva versión de la fatídica crisis de los años 90.
La situación epidemiológica del coronavirus ha destrozado el principal pilar de la economía nacional (el turismo), lo que ha devenido en una gran gran cantidad de catástrofes asociadas y consecuentes. El ya crónico desabastecimiento se convirtió en una nueva plaga a combatir.
Dos de los productos elementales para la supervivencia de la población, pollo y aceite, atraviesan en estos momentos una terrible crisis de abastecimiento.
La escasez de suministros en el país se agravó una vez que se cerraron los aeropuertos debido a las medidas restrictivas a los vuelos desde diferentes países, entre los cuales se destaca Estados Unidos, lo que cortó las importaciones que surtían el mercado negro cubano, gracias al cual sobrevive gran parte del pueblo.
Las autoridades cubanas reportaron que la economía del país decayó en un 11% en 2020, uno de los decrecimientos más drásticos en Latinoamérica, al igual que Venezuela.
Una residente de la ciudad de Pinar del Río, Raquel Escalona, calificó la cola a la cual acudió el día de ayer como «tremenda», porque las personas llegaron a las manos para comprar confituras para los niños, que por tantos meses llevan perdidas, además de jabón, pollo y aceite. Agregó que no sabe al punto al que llegara la situación, porque la crisis del coronavirus, además, no parece calmarse.
Escalona, una ama de casa de 34 años, explicó que ni las fuerzas de la policía pudieron aplacar el revuelo, pues la escasez es general, tanto en tiendas en dólares como en moneda nacional, tanto de galletas como de jabón y shampoo.
Concluyó alegando que existen dos casos de sarna en su familia precisamente a causa de la falta de jabón y medicinas para tratarla apropiadamente.
