Un profesional de la salud del Hospital Municipal de Cárdenas, diagnosticado como positivo al virus de la COVID-19 junto a 2 de sus colegas, aseguró que las autoridades sanitarias les entregaron un traje y un nasobuco cuando entraron a trabajar en la zona roja para el trabajo de toda una semana.
Aramis Martínez Hernández hizo pública esta denuncia desde su muro de Facebook, y expuso las condiciones en las que la mayoría de los sanitarios del país están obligados a trabajar. Reconoció y se autoinculpó por permitir que se violaran de esta forma los protocolos sanitarios internacionales para el control de infecciones.
Eso sí, explicó que la razón principal por la que ocurre esto en Cárdenas es que nadie atiende los reclamos ni las sugerencias, y evidencia hay de que ni los directivos, ni el Gobierno, Partido o sindicato siquiera escucha a los problemas.
Martínez Hernández contó que trabajó con infectados de COVID-19 en su «misión» de 8 meses en Arabia Saudita y nunca resultó contagiado, pues las medidas de control de epidemias se cumplían al detalle y los recursos de protección abundaban. Nada de esto ha ocurrido en su centro hospitalario.
Se consideró culpable por permitir que los aislaran durante una semana en una sala sin filtro interno y sin otro para su cuarto de descanso, el que era minúsculo y sin el distanciamiento requisado.
Los tres galenos contagiados como resultado se encuentran «aislados y escuchando insultos y agresiones verbales». No está al tanto de si algún funcionario del sindicato, del Partido, del Gobierno o de Salud Municipal sabe de su situación, pues no han recibido llamadas que no fueran de amistades y compañeros de trabajo preocupados.
Agregó que ojalá y llegue su denuncia a la OMS, la OPS, la ONU; alguien que no responda con oídos sordos a la verdad y que deje a un lado la defensa de la mentira. Recalcó que, aunque su verdad no sea escuchada, es otro sanitario que intenta hacer sentir su situación, común para la gran mayoría de los médicos que apoyan la lucha contra el COVID-19.
El texto concluyó alegando que, si el coronavirus lo permite, seguirá exigiendo un respuesta concreta a la queja que hizo antes de abandonar la sala de la Dirección Provincial de Salud el lunes en la mañana, por la que aún no recibe réplica.
Coincidentemente, hace un año exactamente se declaró en cuarentena el Hospital de Cárdenas a consecuencia de un brote de COVID-19 que comenzó con el contagio de seis trabajadores del centro médico. Las autoridades señalaron que el municipio se encontraba tratando casos de la cepa de California del coronavirus, una de las mutaciones más contagiosas que en la actualidad circulan en el país.
Este no es el primer ni el único momento en que un galeno denuncia las condiciones inadecuadas de trabajo con las que se ven obligados a cumplir sus labores. Numeroso personal sanitario ha alzado la voz respecto a la situación, así como cubanos testigos de dichas condiciones.
Un grupo de profesionales de la salud en Limonar, Matanzas, fueron aislados semanas atrás en una sala de rehabilitación de ese municipio sin las condiciones mínimas de higiene, luego se pasar 14 días de trabajo con pacientes de coronavirus, según la denuncia de la coordinadora de ‘La Joven Cuba’, Alina Bárbara López Hernández.
