Delegados que participaron en el Congreso del Partido Comunista regresan a casa con un regalo en sus manos: Un cuadro con la foto de Díaz-Canel

La nueva sensación que ha generado un alud de comentarios en redes sociales ha sido una fotografía donde se observan a una gran cantidad de delegados al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) posando con carteles del perfil de Miguel Díaz-Canel, Presidente de Cuba y ahora Primer Secretario del partido único. Estos grandes impresos constituyeron parte de los souvenirs del evento.

La UJC de Holguín compartió en Facebook esta imagen para celebrar el regreso de la delegación provincial que había tenido participación en la comparecencia, ocurrida en La Habana durante la semana anterior.

Las reacciones en Twitter abarcaron un amplio espectro de estados de opinión, enfocándose principalmente en las burlas y en el enojo.

Por supuesto, fue recalcada la evidente manifestación de culto a la personalidad del nuevo dirigente supremo del país (aún incomparable con la de Fidel), pues el gobernante designado por Raúl Castro, al parecer, pretende reforzar su autoridad mediante este tipo de tácticas.

Aparentemente, los estrategas del Comité Central del PCC están demasiado distraídos y estresados con la severa sucesión de crisis que se están dando a la vez en el contexto nacional y con la sustitución y reorganización de la mayoría de sus cargos, que se les olvidó explorar el Diccionario Filosófico de Mark Moisevich Rosental y Pavel Fedorovich Iudin, manual marxista que establece que el culto a la personalidad nace de una concepción errada de la historia, pues dicta que el curso de la historia sigue a los deseos y a la voluntad de los grandes hombres en vez de a «la acción de las masas del pueblo».

La iniciativa de obsequiar esta imagen a los delegados a modo de souvenir, no hace más que probar de una vez por todas que este gran evento estaba destinado a fortalecer la imagen del alto funcionario y de su «socialismo próspero y sostenible».

El recién titulado Doctor en Ciencias sostiene en sus manos el poder de la «continuidad», ganado a base de muchas horas de congresos, desfiles y mítines, ya ya decían Iudin y Rosental que «el culto a la personalidad es profundamente adverso al marxismo-leninismo, que por su propia naturaleza, es la ideología de las inmensas masas trabajadoras”.

Un tuitero comentó que ya solo faltaba por ver la idolatría de los comunistas como dioses, calificando la iniciativa de «estupidez» cuando el dirigente no ha hecho más que dar «miseria y necesidad a su pueblo!”.

Otro usuario dijo que hacer culto al gobernante es un «asco», mientras que un tercero recordó que las personas también «adoraban» a Ceausescu cuando implantó su dictadura en Rumanía. Otro tuit refirió que la continuidad que profesan es ridícula cuando la imagen que se proyecta es la de «la boina de un asesino y en los brazos un dictador que mata de hambre a su pueblo».

El periodista independiente Abraham Jiménez Enoa alertó que ya se puso en marcha «la ‘castrificación’ de Díaz-Canel”, a lo que le replicaron con memes asociados a la imagen, aludiendo siempre a «la tiranía más larga de nuestro hemisferio”, como apunta otro internauta.