Marino Murillo Jorge, Vicepresidente del Gobierno y Jefe de la Comisión para la Implementación y Desarrollo de la Tarea Ordenamiento, quedó despojado de sus cargos en el Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y en su Comité Central, los que ocupaba desde el año 2011.
El conocido «Zar de las reformas», gestor y responsable de la implementación del rechazado ordenamiento monetario, no fue incluido en esta lista que agrupa a los funcionarios del PCC más poderosos de la isla, los únicos que rodean y asesoran al Presidente del país y nuevo Primer Secretario de la organización, Miguel Díaz-Canel, en su mando único.
Se presume que la polémica y caótica ejecución de la Tarea Ordenamiento haya influenciado en esta decisión. Las insatisfacciones populares podrían haber sido la causa de su caída en desgracia, ya esbozada en el informe central, en el que se aseguró que la Comisión «no logró organizar, de manera adecuada, la participación de los diferentes actores involucrados en la implementación de los Lineamientos y asumió funciones que excedían el mandato otorgado por el Congreso».
Murillo Jorge (1961) es Licenciado en Economía y ha ocupado en su vida política diversos cargos dentro del Gobierno cubano: fue Ministro de Economía y Planificación entre 2009 y 2011, lo ocupó de nuevo entre 2014 y 2016, y en ese año fue liberado de sus responsabilidades para mantenerse como Vicepresidente y comenzar a liderar la Comisión de Implementación del reordenamiento monetario.
Mientras fue vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del Consejo de Estado, se encargó de idear y poner en práctica los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, dados a conocer en 2011.
Luego de una década de preparaciones y anuncios, el plan de reformas del modelo económico socialista cubano entró en vigor en enero de 2021. El momento elegido para realizar la implantación de esta muy ambiciosa reforma fue increíblemente inoportuno, puesto que Cuba se encuentra actualmente sumergida en una profunda crisis económica que venía acrecentándose desde 2019, además de la caída del turismo y demás consecuencias económicas de la aparición del virus de la COVID-19 en el escenario mundial.
Los resultados de dicho plan sin sentido son palpables: escasez de alimentos y fármacos, una unificación monetaria ficticia porque siguen circulando dos monedas en el economía real cubana, y una pérdida del nivel adquisitivo de las personas, lo que deviene en en el empobrecimiento de la población.
Marillo admitió, en comparecencia en la Mesa Redonda a mediados de marzo, que el ordenamiento económico planeado por el Gobierno no había cumplido con los objetivos y había sido motivo de indignación en el pueblo.
De igual forma, adelantó aumentos en los salarios y rebajas en precios y tarifas, previendo que lo hayan retirado de sus funciones con la celebración del VIII Congreso del PCC.
Murillo aseguró que en el Congreso se discutirán las consideraciones referentes al ordenamiento monetario y que dicha asamblea tomaría las decisiones pertinentes.
La corrección de 67 normas jurídicas luego de 53 reuniones encabezadas por Díaz-Canel, en forma de respuesta a las críticas populares, pusieron en medio de un escrutinio al estratega económico.
El gran descontento evidenciado en una encuesta fuera de lo común, lanzada por el portal Cubadebate para evaluar el alcance del proceso de reordenamiento monetario, fue otra firma en el certificado de defunción política de Murillo.
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