Pese a que nadie con el apellido Castro, por primera en más de 60 años, liderará el país, todavía permanecerán algunos miembros de la dinastía Castro, la más importante de Cuba, en la cúspide de poder e influencia de la isla.
La conocida retirada de la vida política de Raúl Castro, de 89 años, del cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (el máximo regidor del país), se anunció para este venidero lunes 19 de abril, por lo que se espera que el actual jefe de Estado, Miguel Díaz-Canel, asuma ambos cargos.
Raúl aseguró en la celebración de VIII Congreso del Partido Comunista que continuará militando y aportando como un «combatiente revolucionario más» en las filas de la organización.
La mayoría de los descendientes de los hermanos Castro se han alejado del escenario político, pero no han eludido del todo el ojo público. Algunos han rechazado completamente el sistema y el país que sus mayores han construido, y otros disfrutan de alardear de los estilos de vida lujosos que su apellido les ha proporcionado.
Dentro del propio Gobierno, se encuentra Mariela Castro Espín, hija de Raúl y líder del CENESEX (institución nacional que aboga por los derechos de la comunidad LGBTQ). También destaca Alejandro Castro Espín, de 55 años, quien ha ocupado cargos más poderosos como asesor de seguridad nacional de su padre y jefe de inteligencia en el Ministerio del Interior en Cuba. Fue una figura visible durante las negociaciones de Cuba con Estados Unidos para establecer los términos de las políticas del presidente Barack Obama de un reacercamiento con la isla.
Por ultimo, pero quizás el de mayor importancia, sea Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, el ex yerno de Raúl Castro que lidera GAESA, el conglomerado de empresas militares más poderoso de la isla, que controla más de 50 lucrativos negocios en el turismo, las remesas, los bienes raíces, el transporte marítimo, la construcción y otros sectores importantes de la isla.
Se cree que tuvo una mano dura en la elección del actual primer ministro, Manuel Marrero, que anteriormente estaba al frente de una cadena turística dirigida por GAESA.
Si bien estas tres figuras principales pueden seguir siendo relevantes en el gobierno de Cuba, hay presión para que el partido amplíe su estructura de poder para incluir a mujeres, cubanos negros y líderes más jóvenes.
La generación fundadora tiene un estatus icónico en la isla y en el mundo que las nuevas generaciones de dirigentes cubanos tendrán que alcanzar.
No se conoce aún si los jóvenes Castro formarán parte del cambio de poder de la isla.
El cambio de poder ocurre en un momento en que los líderes de la isla están tratando de diversificar sus filas y entregar las riendas a una nueva generación no no había nacido en 1959. Pero no está claro si los parientes de Castro jugarán un papel importante. A pesar de la entrega del poder de un hermano Castro a otro, ambos desempeñaron papeles importantes durante la revolución, es probable que Cuba no se convierta en una dinastía familiar.
El estilo de vida de los descendientes Castro más jóvenes no habla tanto de una dinastía familiar que quiere perpetuarse en el poder, sino de un grupo de personas que han utilizado sus conexiones para tener una vida de lujos.
Raúl ha demostrado, sin dudas, que escoge a su seguidilla en el poder siguiendo consideraciones nepotistas, por no hablar de la vida de lujos que se dan sus familiares en medio de una crisis económica que en la isla hace estragos en la población y evidencia aún las diferencias entre estratos sociales aparentemente inexistentes.


