De acuerdo a la prensa oficialista cubana, la Empresa Pesquera de Las Tunas (PESCATUN) fue declarada “colectivo vanguardia nacional” el pasado jueves por el Ministerio de la Industria Alimentaria, cuando ya cargaba con el cartelito de ser la mejor entidad pesquera de Cuba en el año 2020.
Las mismas fuentes alegaron que esta empresa había alcanzado una producción de 2.215 toneladas para una valor de 18 millones de CUP. La institución también tiene definidos 11 productos con potencial exportable.
La industria de la pesca cubana carga con el 38% de todas las exportaciones que ha realizado ese Ministerio en el último cuatrienio, para un valor de más de 375 millones de USD, de acuerdo con el testimonio de la viceministra encargada Marlene Rosabal Sánchez.
No obstante, las pescaderías cubanas se encuentran constantemente divagando en un espectro entre poca y ninguna oferta. Un hombre se quejó saliendo de la única pescadería estatal de Puerto Padre (Las Tunas) el martes pasado porque solo estaban vendiendo tenca y a 55 CUP el kilogramo.
Este pez dulceacuícola de origen europeo (Tinca tinca) llegó a la isla en la década del 80 y se suele reproducir con facilidad en las presas, pero los peces de agua dulce no gustan por la mayoría de la población cubana ni son conocidos por su suculento sabor.
En tiempos cuando catar productos del mar queda fuera del alcance de la gran mayoría de la población nacional (por su escasez y altísimos precios), uno puede recordar cuando, hace no mucho, la mayoría de los cubanos podía pescar y comprar pargos, camarones y langostas; ahora todo está reservado para el turismo y la exportación.
Eso sí, si ahora ese quisiera degustar una mini ración de camarones de cualquier tipo, se podía llegar a la tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC) del municipio y comprar alguno de los paquetes de 2 kilogramos de esos «piojitos» en un rango de precio de entre 14 y 28 USD cada uno.
Definitivamente, Cuba constituye una locación geográfica donde no debería faltar el pescado, dado que constituye un archipiélago con 2 islas principales y cuenta con una increíble y variada flora y fauna.
Incluso sin utilizar una embarcación, pescadores “pueden” usar otras vías, como lanzar un anzuelo, desplegar una red, o colocarse un par de patas de rana, una careta y un esnórquel.
El Reglamento de la Ley de Pesca establece que los cubanos tienen expresamente prohibido «la utilización de artes de pesca tales como nasas, palangres, redes de enmalle, tranques, chinchorros u otras artes de pesca masivos».
Lo anterior quiere decir que las empresas estatales son las únicas con la autorización pertinente para emplear estas técnicas para la pesca comercial o de autoconsumo . si un pescador privado quiere usar redes, nasas, palangres o chinchorros, debe contratarse con una empresa estatal y, por tanto, debe venderle a esta sus capturas, que según por donde se mire es un abuso o una bendición porque el Reglamento de la Ley de pesca también estipula que la venta de pescado u otros productos del mar entre privados es ilegal.
Las pesca comercial estatal se reserva especies como la langosta, las esponjas, el cangrejo moro, los camarones. Los ostiones, las anguilas y las almejas.
La infracción del Reglamento por utilizar “el producto de la pesca deportiva, recreativa o investigativa con fines de lucro” lleva multas considerables y la incautación de los instrumentos de pesca de quien haya incumplido las normas.
El Estado socialista vende camarones en dólares y la población quieta en base, cayendo en ilegalidades si se les ocurre dejar entrar en sus casas productos del mar que le están exclusivamente denegados. Por ejemplo, la población de Las Tunas no han visto pescado en mucho tiempo, y la provincia lidera las cifras de cumplimiento de los planes pesqueros estatales.
