La denuncia realizada esta semana por una cubana residente en Holguín ha dejado en evidencia una vez más la pésima calidad de los alimentos que vende el Estado a través de su red de tiendas y mercados.
La mujer, identificada como Katia Fernández, estalló en Facebook luego de comprar una masa de croquetas que, según describe, contenía pelos y pellejo de cerdo.
“No nos transformen en animales, no solo el polo turístico tiene derecho a la decencia, la calidad y el respeto”, escribió junto a dos fotos del producto.
Según las palabras de Fernández, ni sus perros quisieron comerse “la masa”. Además, lamentó que niño y ancianos estuvieran obligados a consumir tal abominación.
Su publicación rápidamente desató numerosos comentarios de indignación por parte de los internautas, quienes lamentaron que aún existan personas que confíen a ciegas en el Gobierno cubano.
“Ni la salud es excelente ni la educación gratuita, toda una farsa de conceptos y consignas”, escribieron bajo la publicación.
Por su parte, otro usuario comentó que había escuchado rumores que estaban elaborando hamburguesas con carne de perro, debido a la marcada escasez de alimentos en la Isla.
“Dios mío qué falta de respeto, sabrá Dios de qué animal y de qué parte será. Y pensar que hay personas que por necesidad se la comen”, añadió en los comentarios Lisett González.
Lastimosamente, no es solo de la calidad de la masa de croquetas de lo que tienen que preocuparse los cubanos. La falta de higiene del pan, un alimento básico en la Isla, también se ha vuelto noticia en reiteradas ocasiones. Un ejemplo de esto fue el caso de la niña que casi se come un pan con garrapatas en la provincia de Las Tunas y luego el de un padre que denuncio que el pan que se iba a llevar su hija a la boca, venía con heces de ratón incluidas.


