La ciudad de Matanzas está siendo testigo de la edificación de un gigantesco mural en homenaje a Fidel Castro sobre un bloque de viviendas de 13 pisos.
El periódico local Girón afirmó que Jesús Alberto Mederos Martínez, autor de la obra, quiso llevar a cabo esta iniciativa con forma de la charretera del Comandante para reafirmar que su legado prosigue.
El promotor contó que estudió la geografía matancera en busca de los puntos más adecuados para servir de sede de esta vista aérea con los grados de Castro, y que pensó primeramente (cuando comenzó a dar forma a su idea hace más de 7 años) en el abra del Yumurí, pero luego notó que este constituía un mejor emplazamiento.
En el costado del Trece Plantas, uno de los edificios más altos de la “Atenas de Cuba”, Mederos ya ha trazado la franja roja y la negra de la charretera, colores escogidos por el propio Castro en todas en sus insignias militares para homenajear al triunfante Movimiento 26 de Julio.
Luego el artista implantará una estrella blanca con ramos de olivo, imitando la que el dirigente lucía en su elegante indumentaria militar durante la mayor parte de su vida luego de triunfada la Revolución, antes de cambiarla por trajes y monos deportivos de alta costura por un par de décadas.
Mederos, quien se especializa en el paisajismo, planea ilustrar la Sierra Maestra en la parte baja del inmueble, una idea respaldada por una fuerte conceptualización simbólica.
De igual forma, el diario Girón aprecia que la obra podrá ser visualizada desde gran parte de la ciudad, gracias a sus grandes dimensiones. El medio reseña que cuenta con una localización privilegiada dado que se encuentra en el corredor turístico Habana–Varadero.
Esta ubicación posibilita, para Mederos, que se pueda ver además desde las aeronaves que aterrizan en el aeropuerto de Varadero.
Dada la cantidad de recursos materiales que precisa la iniciativa, Mederos agradece, por supuesto, el apoyo que garantizaron autoridades políticas y gubernamentales de la provincia, así como entidades estatales y cuentapropistas.
Mederos, con la usual humildad de estos creadores, dijo que se trata de una obra que hace para sus amigos, su pueblo, su país.
El proyecto político de «continuidad» suma así una nueva obra a la mediocridad estética junto a la gigante bandera de hormigón frente a la Embajada norteamericana.
Entretanto, las autoridades provinciales sancionaron con una multa de 6.000 CUP a una familia humilde, y les fue impuesto el derribo de la casa que construyeron con mucho tiempo y esfuerzo en el barrio de Versalles, debido a que no contaban con los papeles de legalización de la misma.
Mientras se erigen monumentos que solo evidencian el predominante culto a la personalidad en Cuba, derribos y multas continúan constituyendo la realidad del cubano vivo y humilde.
