Finalmente, el Gobierno cubano hizo oficial la entrada en vigor del Decreto-Ley 31/2021 «De Bienestar Animal», publicándolo en la Gaceta de la República, luego de más de un mes de haberlo aprobado. Este constituye la respuesta a años de trabajo y demandas del fuerte movimiento de protectores de los animales de Cuba.
La disposición establece y controla «los principios, deberes, reglas y fines respecto al cuidado, la salud y la utilización de los animales, para garantizar su bienestar».
El responsable designado por la nueva ley para «dirigir, ejecutar, implementar y controlar la política del Estado y el Gobierno sobre bienestar animal» es el Centro Nacional de Sanidad Animal del Ministerio de la Agricultura (MINAG), el que podrá establecer relaciones y convenios con organismos e instituciones oficiales y con grupos civiles.
El país solo reconoce como organismo a la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (ANIPLANT), perteneciente al oficialismo, por lo que es la única en la isla con personalidad legal.
Este Decreto-Ley finalmente permite la creación de centros de observación, atención, acogida, rescate y rehabilitación de animales, los que pueden ser estatales o de otras formas de gestión no estatal.
Los interesados en gestionar estos centros, los que procurarán el bienestar animal y los procesos de adopción, deben presentar una solicitud al jefe del Departamento Municipal de Sanidad Animal de su territorio, y contar con licencias y permisos de las direcciones de Planificación Física, de Salud Pública y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
La ley dispone también colaboraciones con todos los ministerios del país para asegurar la implementación de la política. Estipula de igual forma la creación de un Comité Institucional de Ética para el Uso y Cuidado de los Animales en las entidades donde se realizan experimentos con animales.
Dirigido por el comandante Guillermo García, el estatal Grupo Empresarial de Flora y Fauna es la única institución mencionada en el Decreto-Ley en lo que refiere a los permisos para peleas de gallos organizadas por los «clubes gallísticos», la cual también realiza otras operaciones comerciales o no con animales, bajo criterios legales opacos.
El único tipo de enfrentamiento autorizado en la isla constituyen las peleas de gallo a efectos de la regulación.
La conducta y funcionamiento correcto a adoptar por los operarios de control de zoonosis que capturan y sacrifican animales callejeros también se precisa en el texto, disponiendo que los únicos métodos permitidos para el sacrificio de animales son el «sangrado por corte del cuello sin aturdimiento» y el «sangrado con aturdimiento previo», técnicas que no causarán dolor agudo y estrés al animal.
Fueron estipuladas multas de hasta 1.500 CUP para personas naturales y hasta 4.000 para entidades con personalidad jurídica por el maltrato a animales; la instigación a enfrentar animales entre sí, exceptuando gallos; «circular por la vía pública con un animal sin cumplir con las medidas de seguridad e higiene establecidas»; o «permitir que los animales miccionen o defequen en la vía y espacios públicos, sin efectuar posteriormente la recogida de sus desechos sólidos».
Existen sanciones también para el uso de animales, sin la autorización pertinente, en «deportes, entretenimiento y exhibición», su incorrecto manejo, su sacrificio indebido y, especialmente consecuente para la religión que los utiliza para las llamadas «brujerías», está terminantemente prohibido «depositar en espacios públicos los cuerpos y restos de animales sacrificados».
Independientemente a la sentencia civil o penal que el infractor deba enfrentar, las sanciones incluyen la incautación del animal, y estas pueden ser aplicadas por los inspectores de los ministerios de la Agricultura, de Salud Pública, de la Industria Alimentaria, del Transporte, de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de los órganos locales del Poder Popular y los agentes de la Policía.
La activista Valia Rodríguez, perteneciente al grupo independiente Cuba contra el Maltrato Animal (CEDA), aplaudió que exista finalmente la normativa que ampare a los animales. Aludió en Facebook que, aunque se trate de un gran paso, aún hay que realizar una análisis más detallado de la regulación porque considera que hay puntos que no se abordaron con la debida rigurosidad.
