En las ultimas horas circulan de forma viral en los grupos de cubanos en las redes sociales una serie de imágenes con las que se pone en duda la calidad del contenido que están recibiendo los estudiantes en Cuba a través de las llamadas teleclases, las cuales fueron iniciadas por el Gobierno tras la paralización del curso escolar en la isla debido a la pandemia del coronavirus.
Victor Manuel Alonso Suri, profesor de la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, denunció desde su perfil en Facebook los habituales errores de los que adolecen los materiales educacionales de emergencia que se transmiten a diario por la televisión estatal, creados para complementar y casi que suplantar la educación que deberían estar recibiendo los niños y adolescentes cubanos de forma presencial, dada la suspensión de las actividades docentes y el cierre de las escuelas a causa de la situación epidemiológica por el coronavirus en Cuba.
El profesor se vio casi que forzado a ironizar cuando vio que en una clase de Cultura Política para nivel preuniversitario, trasmitieron (en referencia a la muerte de Federico Engels): «un gran hombre a dejado de existir», a lo que respondió: «parece que el cuidado con la ortografía HA DEJADO de existir».
El docente solicitó encarecidamente que se revisara la ortografía antes de emitir tales disparates en televisión nacional y en un espacio dedicado al idóneo aprendizaje de las más jóvenes generaciones de cubanos, como cuando pusieron «cuánto» y «qué» sin acento en oraciones interrogativas en una clase de Matemáticas para 1er grado, o cuando pusieron «hayan», del verbo haber, con ll.
Maricela Escalona Rubio constituyó uno de los tantísimos usuarios que reaccionaron a esta viralizada publicación, pidiendo mayor cuidado con estos asuntos porque los estudiantes que ahora mismo están recibiendo ese contenido lo están haciendo sin ningún tipo de ayuda, ni la del profesor ni la del padre (quien usualmente está trabajando mientras el menor estudia), sin estar acostumbrados a la modalidad a distancia (un proceso totalmente nuevo para ellos), con muchas más distracciones que las que conlleva un aula y con todo el contenido del año y medio que han perdido hacinado en unas cuantas diapositivas.
Asimismo, Ignacio Eduardo Marrero se indignó porque esto representa una negligencia y un abandono total de las responsabilidades propias del grupo de asesores y expertos destinados a revisar y garantizar la calidad del programa.
No obstante, hay muchos que como Mayda Ramos manifestaron cuán ofendidos estaban al respecto de la polémica, pues la susodicha escribió que no deberían andar publicando y señalando los errores con inquina en redes sociales, porque no se debe estar exponiendo a los colegas cuando errores puede cometer cualquiera.
Por su parte, Amanda Díaz Ibarra, comentó que tal no constituye una forma apropiada de abordar la controversia, y aconsejó a quien critica que se dedique a enseñar personalmente a sus hijos, aunque señaló que «ahí si se van a embarcar, porque lo primero que debe tener una persona es ser humana».
A principios del curso escolar pasado, hubo también un revuelo acerca de una fotografía en la que era legible el vocablo «Bienbenidos» escrito en una pizarra, imagen que fue replicada por el Ministerio de Educación (MINED) en sus redes sociales y por la que recibió múltiples críticas.
Hasta la cuenta en Twitter de la Presidencia de Cuba ha sido víctima de correcciones ortográficas por parte de la propia Real Academia Española (RAE).
La cuenta publicó en febrero del pasado año el texto: «Provocador despliegue y mamiobras militares de #EEUU y la #OTAN en territorios alrrededor de #Rusia, actos peligrosos y argumentos risibles», a lo que varios internautas replicaron con la no tan sagaz observación de que habían publicado varias erratas.
Lo que queda es pedir de favor a la televisión cubana que revise bien la ortografía de los teleprofesores antes de proyectar los programas; y punto.


