Recién reabierta la céntrica tienda La Época, luego de mutar a la modalidad de comercialización en Moneda Libremente Convertible (MLC) y de pasar por varios cierres por focos de transmisión de coronavirus, constituye el establecimiento comercial estatal mejor surtido de la capital, por lo que las colas para entrar y la corrupción están al quilo.
La prensa oficialista se apresuró a criticar el hecho de que se están pagando entre 500, 1.000 y hasta 1.200 CUP (unos 50 dólares al cambio oficial) por un turno en la cola para entrar a la tienda, que lleva abierta unas 3 semanas.
El portal Cubasí aseguró que la culpa por las largas esperas en las tiendas del país recae (como siempre) en el embargo norteamericano contra la isla y en los «acaparadores, coleros y revendedores» de productos, excusa común para justificar la grave crisis económica nacional, cuando, en realidad, la responsabilidad es de la pobre gestión económica del Gobierno y la crónica ineficiencia de las empresas estatales (que solo operan a base de subsidios).
El artículo oficialista no tuvo en cuenta que los cubanos deben recurrir puntualmente a esta artimañas, como comprar turnos o comprar a revendedores, para saldar las necesidades de sus familias en medio de un escenario económico tan preocupante.
Elías Amor, reconocido economista cubano, opinó que la economía cubana vino a colapsar 3 meses después de iniciada la implementación de la Tarea Ordenamiento, la que constituye un fracaso, según su criterio.
El economista cubano Pavel Vidal coincide bastante, pues presentó algunos pronósticos al respecto de los desafíos que debe enfrentar la economía cubana en una conferencia que impartió hace una semana en Universidad Autónoma de Madrid. Mostró una previsión de aumento de la inflación que rozará el 500%, que en el Período Especial llegó al 183%, y una devaluación del salario de los trabajadores del sector estatal del 15%, vaticinios pesimistas incluso pecando de conservadores.
El fenómeno de los coleros, revendedores y acaparadores no ha podido ser frenado ni con las severas multas que se imponen
En el programa Hablemos de Economía, el economista Elías Amor explicó que, por muchas multas que imponen las autoridades cubanas, no se consigue frenar a los coleros, revendedores y acaparadores porque los precios solo podrán contenerse con un aumento de la oferta.
Las fuerzas policiales cubanas aprehendieron a dos mujeres en Pinar del Río, en julio pasado, por supuestamente vender turnos para una cola de una tienda en MLC a 30 de los antiguos CUC. Esta medida, no obstante, no ha sido lo suficientemente efectiva para aplacar la venta de tiquets para colas en la provincia.
Hace solo horas, un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) fue atacado con múltiples quejas por la distribución de turnos en una cola en un punto de venta del capitalino reparto Flores, debido a que muchos de estos denunciantes se quedaron sin tiquets por la mala gestión de los agentes policiales.
Una señora reclamó que ya había comenzado la repartición de turnos a la hora que ella arribó al lugar, a las 5:07 de la mañana.
Las autoridades también articularon brigadas anticoleros, integradas por representantes de la FMC, la CTC y de otras organizaciones de masas, en aras de resguardar el orden y la justicia en las colas de las tiendas, medida que se refuerza en algunos establecimientos comerciales con policías o agentes de las Fuerzas Especiales. Sin embargo, ninguna de las medidas han logrado contener el caos.


