Las severas deficiencias del servicio de Correos de Cuba todavía da de qué hablar, y es que las demoras en la entrega de envíos procedentes del extranjero se están extendiendo hasta más de 6 meses y los bultos pueden llegar incompletos.
Isabel, una camagüeyana a quien su hija envió un paquete desde España en julio de 2020, asegura que rastreó el bulto y supo que sí estaba en La Habana, pero que tenía 21 contenedores delante aún por procesar para que se comenzara con el suyo. Todavía no lo ha recibido, aún cuando lleva desde enero en Camagüey.
La señora, muy irritada y frutada por la situación, relata que fue a pedir información y a presentar su queja al centro de distribución de General Gómez y allí la trataron con mucho desprecio, alegando que su envío (medicamentos importantes para su salud, dicho sea de paso) estaba en uno de los sacos, pero no sabían cuál. Dijo también que, sin mirarle siquiera a la cara, le gritaron que dejara de molestar porque ellos ya habían atendido su reclamo. Razonar con ellos fue un intento fallido.
Olivia también está molesta al respecto porque, en todas las veces que llamó para preguntar, le informaron que habían cada vez más paquetes antecediendo al suyo en la cola: faltaban 26 contenedores por procesar en noviembre antes de llegar al de su envío, y faltaban 40 el 15 de febrero.
Amaury ha hecho todas las gestiones posibles desde hace más de año para encontrar la mitad de la mercancía que se le había enviado desde Italia y que fue extraviada, pero nadie se responsabiliza por la negligencia.
Rogelio y Zunilda, sin embargo, fueron mucho más astutos y obtuvieron su envío intacto, pues contactaron en diciembre a un funcionario en La Habana que utilizó su influencia para agilizar el proceso en su provincia. Sobornaron al compañero y a otros intermediarios con los 120 euros que su padre había enviado desde Alemania para realizar dichos «trámites», y el bulto llegó en perfecto estado a su vivienda en el mes de marzo.
Débora narra que las gestiones realizadas para recibir el aseo que le fue enviado desde Brasil y Venezuela han sido totalmente inútiles, y que la ropa que le fue mandada por esa vía le llegó con moho, mojada y hasta rota.
La entidad estatal cubana más ineficiente e informal se destapa una vez que la paquetería arriba al Aeropuerto Internacional José Martí o al Puerto del Mariel. Aún así, los precios de sus servicios están escandalosamente altos, sobre todo luego de la implementación de la Tarea Ordenamiento.
Ninguna excusa vale porque ninguna representa la verdad: ni las navieras, las líneas aéreas, sus contrapartes en el extranjero, el combustible o el transporte tienen nada que ver con sus errores; allí rigen la ineptitud y el desorden.
Zoraya Bravo Fuentes, la antigua Supervisora de Operaciones de la empresa, dio una mejor «explicación hace siete años, alegando que «el servicio ordinario de paquetería es como echar una carta al buzón y, como tiene menos control, no procede indemnización».
En la actualidad, la funcionaria ocupa el cargo de directora adjunta de la Empresa de Mensajería Internacional. En declaraciones recientes al NTV, Bravo Fuentes dijo que a su institución «llegan 20 contenedores por mes», pero «solo puede procesar 15 y tiene pendiente 42 en el puerto».
Los afectados han hablado claro al respecto de su profunda indignación, por lo que la entidad declaró que en la isla, hasta el mes de noviembre, solo existían 32 reclamaciones por expoliaciones y cambio del contenido de la paquetería, cuando la credibilidad de los funcionarios cubanos lleva siendo cuestionada desde hace años.
Los servicios postales y de paquetería en Camagüey son, como en el resto del país, inoperantes. La lentitud se propaga a lo largo de todos los escaños, y no parece existir supervisión estricta sobre el desorden que se genera.
El centro de clasificación de la calle Avellaneda es calificado por los vecinos como un «nido de sinvergüenzas». Dicen que hay manipulación engañosa en la recepción y el pesaje, así como que se «introducen en el sistema» únicamente después de que hayan revisado y requisado todo lo que quisieron.
Nadie conoce con certeza dónde se «pierde» o despoja la carga, pues el centro prepara nuevos bultos y los envía a «otra oficina.
Antiguos trabajadores del sector consideran que el retraso en las entregas, la ineficacia del servicios y la indisciplina laboral ya son muy difíciles de corregir, pues «los dirigentes siguen con la vista nublada» sobre toda la contabilidad tergiversada, las transferencias disimuladas, las descripciones falsas que se introducen, los pagos ficticios que se emiten, etc.
El irrespeto a los clientes y el pésimo servicio no son nada si no se añaden al aumento de las tarifas, puesto que desde enero del presente año, los cubanos deben pagar 100 CUP por los paquetes de 1,5 kilogramos, cuando el pago anterior era de 50.
El director adjunto de Correos en Camagüey, Jorge Carlos Jiménez, declaró al diario Adelante que en la provincia se procesaron más de 80.600 paquetes en 2020, mientras que recibieron 10.700 solamente en enero de 2021.


