El Gobierno cubano ha anunciado que comenzará a exportar los ventiladores pulmonares que fueron creados gracias al ingenio de científicos cubanos, como respuesta a la escasez de equipos de este tipo para atender a pacientes que son ingresados con la COVID-19.
Aunque apenas se han entregado pocas decenas de estos ventiladores al sistema de salud en la isla, ya las autoridades han expresado su intención de colocarlos en el mercado internacional, aprovechando la alta demanda que existe de este tipo de equipos en los hospitales debido a la pandemia.
Cuba abría desarrollado al menos tres proyectos para la fabricación de ventiladores pulmonares en el Centro de Neurociencias (CNEURO). El primero de estos fue el Pcuvente, un ventilador de tipo invasivo que se autorizó su utilización en la recuperación postoperatoria.
«Es un equipo que se desarrolló en menos de un año y cooperaron muchísimas instituciones, incluidos el Centro de Investigación y Producción Grito de Baire, de la Unión de Industrias Militares, y la Sociedad Cubana de Bioingeniería», explicó Mitchell Valdés Sosa, director general del CNEURO.
Hasta la fecha, se han entregado al sistema de salud en Cuba unos 90 ventiladores de este tipo, de los cuales 40 fueron instalados en hospitales de La Habana.
«Durante este mes de marzo se están entregando otros 25, y entre abril y agosto están previstos 134 más. Hay, además, posibilidades de comenzar su exportación», adelantó Valdés Sosa.
Los ventiladores pulmonares desarrollados por Cuba tomaron como base un diseño creado por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), el cual fue compartido por estos ingenios a través de plataformas de código abierto para que todos los países que lo necesitaran pudiesen desarrollarlos.
En estos momentos transcurren las pruebas de uso para ampliar la autorización de uso a las unidades de cuidados intensivos. En ejecución está un ensayo con una muestra mínima de 35 pacientes en los hospitales Miguel Enríquez, Militar Carlos J. Finlay, Calixto García y Enrique Cabrera, dijo el director general del Centro de Neurociencias.
El Pcuvente está complementando con otro respirador, el Ventipap (ventilador de presión positiva continua en la vía aérea, no invasivo).
«En este caso, no hay que intubar al paciente, se coloca la máscara o un casco y se da una presión positiva continua y ayuda al paciente a respirar. El CIM ha hecho la parte mecánica y CNEURO ha trabajado en los sensores de oxígeno y electrónica. Es para pacientes menos graves», dijo.
El director general de CNEURO dijo que «estos elementos van a tener un valor post-Covid-19, pues son parte de una estrategia del MINSAP para perfeccionar y ampliar todos los servicios de terapia intensiva del país».
A pesar de tener una alta cifra de pacientes con coronavirus ingresados en salas de terapia intensiva, las autoridades cubanas nunca han ofrecido datos precisos sobre la cantidad de equipos de este tipo con los que se cuenta en los hospitales de la isla.


