De acuerdo con documentos judiciales estadounidenses, se está acusando a 4 hombres que fueron detenidos al sur de su territorio tratando de ingresar a unas 20 personas provenientes del norte de Cuba. Esta operación marítima incurre en cargos penales vinculados al contrabando humano.
Los 4 individuos, también cubanos, fueron arrestados por agentes federales el pasado domingo cuando zarpaban desde la marina deportiva de Harry Harris Park (zona de Tavernier, en los Cayos de Florida) en un viaje de recogida hacia el norte de Pinar del Río.
El arresto y desmantelamiento de la operación no se pudo haber realizado sin la presencia de un agente encubierto dentro de la red. La acusación se presentó, durante la tarde de este lunes, ante el juez Patrick M. Hunt en un tribunal federal de Key West.
Alberto García Ceballos (alias »Enano»), Manuel Fonseca («Mandarina»), Yudier Panaque Martínez («Chino») y Yosniel Fuentes Muñoz son los acusados de contrabando, enfrentando también cargos por conspiración deliberada para alentar e inducir la entrada de extranjeros indocumentados en Estados Unidos.
Fue identificada, como centro organizativo de más de una de estas operaciones, una casa en Cayo Largo, donde también permanecían retenidos los inmigrantes que no completaran el pago.
Según los agentes de la Unidad de Investigación (HSI) del Departamento de Seguridad Nacional implicados en el caso, los acusados iban a recoger a 20 cubanos en la costa de Pinar del Río por un precio de 10.000 dólares por pasajero, entre los que se encontraban familiares cercanos de los implicados.
El agente encubierto se reunió con García y Fonseca el día 12 de marzo, cuando comenzó el operativo policial, en la vivienda de Fonseca en Homestead, donde los acusados le pidieron una embarcación al agente y le develaron abiertamente que pretendían usarla para importar personas desde Cuba.
Fueron a la residencia de Panaque en Cayo Largo luego del encuentro y allí guardaron la nave, además de acordar la adquisición de suficientes tanques de combustible para almacenar 100 galones adicionales.
El agente pudo conocer entonces que esa casa se utilizaba como cuartel para las operaciones de este tipo y como escondite para la retención de clientes morosos.
El agente también declaró sobre una conversación telefónica que mantuvo García con una persona desconocida, en la que este aseguraba su responsabilidad hasta ingresar a los migrantes en territorio norteamericano, pero que ellos se desentendían luego.
Finalizando la llamada, García dijo que que trató con una mujer no que no poseía aún el pago 10,000 dólares, y comentó sobre otros dos viajeros que solo pagarían 9,000 dólares, debido a que habían reclutado a otros pasajeros.
Luego, el agente encubierto solicitó una garantía por el barco que iba a facilitarles a los contrabandistas, en caso de que ocurriera un accidente.
La acusación relató que García aseguró que, si los guardacostas interceptaran el barco en el mar y con inmigrantes a bordo, él mismo lo hundiría.
Fonseca comunicó sobre la adquisición de un teléfono móvil y un dispositivo GPS para la operación, y dijo que había entrado en contacto con los familiares de algunos de los posibles viajeros para discutir pagos por la travesía.
En función de reunirse con el agente, Yosnel Fuentes iría desde Texas y supervisaría la coordinación con los migrantes en la isla.
Panaque, a cambio de incluir a su hermana sin pago alguno entre los viajeros, guardaría la embarcación en su casa.
El 17 de marzo la operación quedó planificada, estableciendo que el dispositivo GPS sería colocado en la embarcación en el viaje desde la isla a Cayo Sal, en Bahamas, para después ser desechado en aras de instalarle uno nuevo en la ruta hacia Florida.
El viaje se fijó para el 21 de marzo, y las autoridades detuvieron a García, Fonseca y Fuentes en la marina de Harry Harris Park, al ser trasladada la embarcación a la rampa del atracadero.
En la casa de Homestead fue requisado un libro de contabilidad con una lista de nombres y números de teléfono de personas en Cuba. García admitió que pensaba contactar con las personas enlistadas para ver si tenían interés en venir a Estados Unidos.
El momento en que se desenvuelve la operación es crítico. Lo que va del año fiscal 2021 ha registrado un total de 107 cubanos interceptados en alta mar intentando alcanzar las costas norteamericanas, una cifra que duplica los capturados en todo el 2020.
