Havana Club, la empresa productora de ron cubano, retomó la distribución de su muy reconocido y codiciado producto en la isla, después de más de mes y medio de severo desabastecimiento de este en el mercado nacional, dados los ajustes realizados a causa de la Tarea Ordenamiento.
El portal oficialista Cubadebate dio la noticia e informó que el increíble déficit del ron en los últimos tiempos había sido justificado con la altísima demanda del producto, ya que la empresa no se vio facultada para reabastecer el mercado de forma tan eficiente.
Yaniel Gómez Rivero, subdirector regional de ventas para occidente de Havana Club Internacional S.A, reafirmó que todo había sido provocado por la poca “capacidad de reaprovisionamiento” en relación a la demanda de la compañía, pero aseguró que el problema experimentado no se repetirá en el futuro.
Agregó que se están planteando comercializar y trasladar el producto, incluso, en fines de semana, para poder estabilizar el mercado en los próximos 15 o 20 días.
El breve comunicado recalcó el hecho de que esta empresa es, actualmente, la principal comercializadora de bebidas alcohólicas en el país (debido a la ausencia de otras marcas de rones y cervezas), y que continuará la venta de ron en CUP y en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Gómez tomó la decisión de separar a la empresa de futuras responsabilidades, señalando que Havana Club no intervendrá en las deliberaciones que hace la cadena de tiendas sobre la venta y limitación del producto debido al desabastecimiento que se vive en la isla.
La escasez de ron constituye una de las tantas repercusiones que ha tenido el proceso de ordenamiento monetario, el cual trajo consigo una inflación de precios en casi todos los productos y servicios del país desde principios del 2021.
El incremento de precios ha obstaculizado, e incluso reducido, la producción de diversos alimentos y productos debido a que muchos responsables no son capaces de asumir el pago de algunos insumos que necesitan para el trabajo, además de las altas tarifas correspondientes a la electricidad.
Asimismo, la distribución de los productos se torna muy compleja puesto que la subida del precio del combustible ha asegurado que ni las empresas estatales puedan asumir el trabajo, abandonando algunas recogidas de alimentos que proporcionan los campesinos, quienes tampoco pueden ni vender la mercancía por su cuenta sin arriesgarse a decomisos y amenazas de retiro de la licencia.
El Gobierno ha asumido medidas ante el aumento desproporcional de los precios, como son las sanciones que impone a los comerciantes que excedan los precios topados por el Estado, para intentar recuperar el dinero invertido, multa que puede alcanzar los 8.000 CUP.
