Los cubanos de a pie son los que más están sufriendo las consecuencias de la implantación de la Tarea Ordenamiento en el territorio nacional, la gran reforma económica general que ha puesto a Cuba «patas arriba» en los últimos meses con la unificación monetaria, la increíble subida de precios estipulada por el Gobierno, la inflación y, por consiguiente, la caída drástica del poder adquisitivo de la población.
Muchos cubanos aseguran que los precios de productos de primera necesidad en el mercado negro (donde casi únicamente se encuentran) alcanzan cifras incosteables para la familia cubana promedio. Esto, junto a los incrementos en las tarifas de los servicios básicos (electricidad, gas, agua, e incluso la libreta de abastecimiento), han convertido la supervivencia diaria en un verdadero reto.
El jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, comentó desde distintas plataformas que los incrementos de ingresos salariales han beneficiado a más de 200 000 trabajadores.
La opinión popular generalizada indica que, pese a que los salarios subieron, siguen sin alcanzar e incluso dan para menos, porque el desabastecimiento y la escasez han disparado los precios de todo.
Estos ajustes del reordenamiento económico han deteriorado la ya empobrecida calidad de vida que solía «ostentar» la población cubana.
Un usuario en Twitter describió este fenómeno como una «burbuja que está al explotar», y que la subida de salarios, lejos de solucionar problemas, los ha acrecentado, porque el Estado ahora tiene la escusa de haber incrementado los sueldos (a pesar de haber incrementado todas las otras tarifas en potencias mucho mayores).
Mientras, las muy criticadas tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) están cayendo en desgracia y metiéndose en el mismo saco de desabastecimiento y corrupción en el que están las de CUP hace más de un año.
Para siquiera entrar a verificar qué pobres productos están ofertando en el día en los comercios en verdes, hay que pasar una cola de 4 o 5 horas (cuando no son 11 o 12), soportar maltratos y corrupción de los funcionarios y de los otros clientes, etc, o (directamente) pagar por un turno a 1.500 CUP.
Por supuesto, la opción más fácil (y casi que la única) es el mercado negro, donde los precios suben cada día.
El cartón de huevos está oscilando entre los 250 y los 400 CUP, igual que con la libra de leche en polvo, y la carne de puerco está a 100 la libra.
Alexander Pupo, doctor residente en Holguín, explica que la situación de los médicos, pese a haber sido beneficiados con un nuevo aumento salarial, continúan bajo pésimas condiciones económicas.
Cuenta que de un 50 a un 70% de su salario mensual se gasta en alimentos solamente y un 10 o 20% más se va en electricidad, y el resto de dinero se va en cosas que se rompen o en la balita de gas extra que se consigue ilegal (para aquellos que no tengan servicios de gas manufacturado) porque la que dan por la libreta no alcanza ni para 15 días.
El economista Elías Amor informó esta semana que este proceso de reordenamiento monetario ha logrado un notable empobrecimiento de la población en los que va de año.
El experto afirmó que esta es la primera política económica del Gobierno cubano que ha recibido tal rechazo popular (casi totalitario), e incluso comentó que sus consecuencia ya podrían resultar irreparables.
Aseguró que ha sido una de las políticas económicas cubanas peor diseñadas y peor implantadas, con una estrepitosa cantidad de fracasos alcanzados en muy corto período de tiempo y que ha generado efectos económicos y sociales muy negativos por las ausentes actuaciones estructurales previas a la implantación.
