Hasta el mes de agosto tendrá que esperar la población en Cuba para tener una opción viable que les permita la inmunización contra la COVID-19, según confirmó esta mañana el presidente de el presidente de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), Eduardo Martínez.
Según explicó el directivo en entrevista con el diario Granma, cada una de las vacunas que está desarrollando Cuba tienen sistemas productivos independientes y se cuenta con las capacidades para desarrollar millones de dosis de cada una de ellas.
‘A más tardar, en el mes de agosto habremos fabricado las dosis requeridas para inmunizar a toda nuestra población, y luego seguiremos produciéndolas, a fin de suministrarlas a otros países amigos’, aseveró.
Hasta el momento, los dos candidatos vacunales en fase de desarrollo más avanzadas son la Soberana 02 (se encuentra en Fase III de ensayo clínico) y Abdala, que debe pasar a la etapa final de evaluación en los próximos días.
#Cuba inmunizará a toda su población en el 2021. El inicio del EC Fase III de #Soberana02 y próximamente el de #Abdala, constituyen etapas esenciales para evaluar su eficacia y seguir evaluando seguridad. Esta fase es un importante paso en el camino a la inmunización. #CubaViva pic.twitter.com/nNAE3sDntP
— BioCubaFarma (@BioCubaFarma) March 11, 2021
«Ambos candidatos vacunales son muy seguros y solo han sido reportados eventos adversos leves, al tiempo que inducen una elevada respuesta inmunológica, generando anticuerpos que neutralizan la entrada del virus a las células», explicó el presidente de BioCubaFarma.
Soberana 02, la que de momento parece ser la apuesta para vacunar a la población en Cuba, se ha aplicado a casi 5000 voluntarios de forma experimental en siete municipios de La Habana, con edades de ente 19 y 80 años.
El Instituto Finlay de Vacunas, quienes llevan adelante los ensayos vacunales en los voluntarios, aseguró que en la primera parte de la vacunación “solamente se han presentado eventos adversos leves en algunos sujetos del ensayo, tales como dolor leve en el sitio de la inyección en las primeras 24 horas de administrado el candidato y malestar general”.
Durante la mayor parte de 2020 Cuba cerró sus fronteras y mantuvo a raya la pandemia mediante una estrategia basada en el rastreo exhaustivo y en el aislamiento obligatorio y hospitalización de todos los casos confirmados y de sus contactos, a la vez que envió brigadas médicas a numerosos países para ayudar a combatir la crisis sanitaria.
Pero ahora, el país atraviesa una tercera ola de la enfermedad que ha causado más contagios y muertes en lo que va de año que en todo el 2020, detonada por la reapertura de los aeropuertos en octubre y las fiestas de fin de año.
En medio de este panorama, los cubanos esperan como agua de mayo la llegada de alguna de las cinco posibles vacunas que se desarrollan en el país y que suponen la principal esperanza no solo para la salud, sino también para sacar la economía de la isla de su estado terminal.


