«Ningún estudiante en Cuba va a perder el año o repetir el grado que está cursando porque no tenga vencidos los contenidos que debía aprender», como confirmó esta mañana el Gobierno cubano durante un encuentro con la prensa.
Según explicó la viceministra de Educación, Cira Piñeiro Alonso, si es preciso, y de acuerdo al comportamiento durante los próximos meses con al COVID-19 en el país, el período lectivo podría terminar extendiéndose, para intentar lograr así que los alumnos dominen todo lo necesario en el curso que están.
«Si no tenemos la oportunidad de cerrar el calendario escolar oficial en julio, pues respetaremos las vacaciones de verano y se continuará nuevamente en septiembre, y hasta que se logre terminar, para que los alumnos puedan pasar de grado a partir de que realmente haya la certeza de que dominan los contenidos», precisó Piñeiro Alonso.
Una vez reiniciado el curso presencial, suspendido por la propia propagación del coronavirus, se realizará un proceso en las aulas que incluye la presentación del contenido nuevo de cada asignatura, luego una sistematización y profundización, para finalizar con clases de consolidación.
«Ese proceso nos lleva a confirmar que el alumno lo domina y se puede pasar a otro. Dicho procedimiento no lo permiten los tiempos que establece la televisión, en los que la clase no tiene la duración que tiene normalmente ni tampoco es posible dar la cantidad de frecuencias que requiere cada asignatura», expuso la viceministra del ramo.
Según explicó la funcionaria, en las teleclases que están recibiendo los estudiantes solo se les enseñan «los objetivos y contenidos esenciales que el alumno debe dominar para decir que ha cursado un grado o que ha terminado un nivel».
Las autoridades educativas han reconocido que aún no tienen idea de cómo se realizar las evaluaciones para el cierre de cada asignatura, grado y nivel, aunque aseguraron que cualquier decisión al respecto será informada con tiempo suficiente.
A pesar de las explicaciones dadas por el Gobierno, los padres siguen criticando la opción de las teleclases, ya que muchos creen que el maestro y las clases presenciales son insustituibles.
«Al final del día han dejado la tarea de los maestros a los padres en la casa, y hay que tener en cuenta que aunque existen algunos preparados para darle el contenido a sus hijos, también hay una parte importante de nosotros que no tenemos ideas de cómo transmitirles a ellos de la mejor forma lo que están aprendiendo», nos dijo una madre de una pequeña que cursa el quinto grado en La Habana.
Se trata de una propuesta polémica, pues todo lo que no se aprenda bien será luego la base de lo que viene más adelante. Lo peor es que algunos creen que una vez reiniciado el curso presencial, los profesores serán obligados a dar todo el contenido atropellado y pasar a todos los estudiantes de grados sin tener los conocimientos necesarios.


