Este joven puso en jaque a toda la población cubana el 11 de marzo de 2020, tras ser el primer positivo confirmado con el virus de la COVID-19 en Cuba, una enfermedad altamente contagiosa, peligrosa e incluso mortal.
Los tres primeros casos en diagnosticarse, de hecho, no eran nacionales, sino tres italianos de la región de Lombardía, hospedados en un hostal de Trinidad (Sancti Spíritus), quienes fueron ingresados de forma inmediata en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) ante los síntomas respiratorios.
No fue hasta el día siguiente que se confirmó la aparición de la enfermedad en un cubano, Jesús Ávarez López, un santaclareño cuya esposa boliviana (radicada en Milán, Lombardía, Italia) constituía la fuente de infección.
Jesús, bailarín de 26 años de edad, confesó que el momento en que le revelaron que estaba contagiado fue una de las peores situaciones de su vida. No podía dejar de pensar en su familia: en su hija de un año, en su mamá y en la desagradable posición en la que los ponía.
El joven contó que fue bastante sencillo para él pasar por la enfermedad con tan solo algunos síntomas, pues no padecía de ninguna aflicción que pudiera empeorar su condición de salud. Sí perdió el olfato y el gusto, pero los fue recuperando rápidamente. Los síntomas duraron alrededor de 3 meses en desvanecerse por completo.
Casi todos los días iba la doctora del consultorio médico de la familia a preguntar por el estado de salud de cada uno y hacer chequeos rutinarios.
Expuso que su vida durante la pandemia ha sido complicada como la de cualquier cubano en medio de esta situación epidemiológica. Confesó que hasta logró actuar con su compañía en algunas actividades durante la nueva normalidad, pero que con la nueva ola de contagios ahora mayormente lee y ve series.
Su esposa, dijo, permaneció seis meses a su lado y después volvió a Italia. Allá enfermó de nuevo, aunque no pudo confirmarse que fuera el virus. Comentó, también, que pronto volverá, esperando a que levanten las restricciones de vuelos.
Dice que su mayor preocupación son las actitudes de los irresponsables, pues solo cuando uno enferma sabe lo que es el coronavirus, que deja secuelas en el organismo, en la familia y en el alma de quienes la padecen».
