InicioActualidadEn Cuba, las sobras de un comedor obrero valen su peso en...

En Cuba, las sobras de un comedor obrero valen su peso en oro para los criadores de puercos

Vender “sancocho” en Cuba solía ser un negocio muy provechoso antes de llegar la pandemia de coronavirus a la isla, pues esta pestilente mezcla de desperdicios de alimentos constituye el mejor pienso para nutrir a los cerdos que crían los productores independientes.

Lidia solía vender la lata de esta amalgama a 60 CUP (poco más de 2 USD al cambio oficial), pues le resultaba muy fácil conseguirla con su trabajo de auxiliar de cocina en un comedor obrero de una empresa perteneciente al Ministerio de la Construcción.

El “contrato informal” con un criador de puercos que tenía una finca cerca de su casa le garantizaba un comprador fijo de las sobras de las comidas que servía en su trabajo y que nadie quería.

De hecho, Lidia llegó a cotizar 80 CUP por lata durante los días finales de actividad del comedor, en marzo y abril pasado.

El alza de la vigilancia policial contra ilegalidades, la escasez y la crisis económica hicieron que la demanda de pienso entre criadores particulares en el mercado oficial y en el informal se disparara.

Lidia y su marido, dado que no puede trabajar y debe resignarse a cobrar el 60% de su salario hasta que el comedor obrero reabra (y sin poder recolectar sancocho), se dedican a hurgar en los basureros de por su vivienda en busca de sobras para completar la lata, aún cuando conocen que el precio será más bajo debido al estado de descomposición de los alimentos que entregan.

Por lo menos, Lidia admitió sentirse algo aliviada con estas circunstancias porque, aunque sea menos dinero, vive más tranquila cuando toma en cuenta que no se está arriesgando a perder su puesto de trabajo al robar las sobras.

Los administraciones de las empresas estatales en Cuba consideran como un delito muy grave llevarse las sobras de estas instalaciones para venderlas a productores independientes. Se conoce que es una práctica común.

Estas empresas deben obligatoria llevar un riguroso control sobre su producción de sancocho, cumplir con las cuotas asignadas y ceder las sobras al Plan Porcino nacional del Ministerio de la Agricultura.

Según el abogado, los propios trabajadores del Plan Porcino, que llegan a las empresas a recoger el sancocho en camiones, «acuerdan» con los administradores sobornables grandes volúmenes extras de desechos que van directamente a las fincas privadas sin haber sido reportados al Ministerio de la Agricultura.

Mientras, el valor del sancocho se sigue elevando tanto como cualquier otro alimento fresco en el mercado negro, por lo que muchos productores han estado comprando por los últimos dos meses la lata de sancocho sobre los 80 pesos debido a la falta de pienso y que pronto seguirá subirá más, debido a la escasez crónica en las empresas estatales, de donde retiran el producto, y el aumento de operativos policiales en el mercado negro. Lo cierto es que la carne de cerdo está desaparecida en cualquier mercado y que los precios en el mercado informal se han disparado, y el Gobierno culpa a los productores privados, criminalizando el escenario de ilegalidades al que se ven obligados a recurrir para sobrevivir.


Mantente actualizado en tiempo real a través de nuestros canales de Telegram:

Noticias minuto a minuto

CubaCute en Telegram

Chatea con otros cubanos y discute de todo cuanto se te ocurre sobre Cuba

Grupo CubaCute en Telegram


Relacionados
- Advertisment -

Últimas entradas