Luego de que la economía cubana decayera gravemente en el último año, miles de nacionales se han dedicado a reinventarse y a cultivar para el consumo propio en cualquier pedacito de tierra, dado que la escasez y los altos precios derivados de muchos factores económicos y sociales hayan transformado la adquisición de alimentos en una ardua tarea para el pueblo cubano.
Asimismo, los vecinos del edificio ubicado en la céntrica intersección de las calles 43 y 28, en Nueva Gerona (ciudad capital del Municipio Especial de Isla de la Juventud), convirtieron el jardín del recinto en una miniparcela con pequeños huertos personales.
Willian Lara Agramonte (conocido como “Pavel”), residente del edificio y cocinero de la Empresa Municipal de Farmacia y Óptica, es el que se ocupa principalmente de la faena de los cultivos, pues adquirió algunos conocimientos sobre la labranza de la tierra en la finca de unos amigos y allí obtuvo las primeras semillas para su huerto personal.
Todos los vecinos se preocupan por la parcela, pero es Carlos Manuel Escaldell Hernández, empleado de la Empresa Agropecuaria del MINIT, quien se encarga mayormente de regar los alimentos en su tiempo libre.
Escandell declaró en entrevista con el diario digital oficialista Victoria que han logrado sembrar muchas hortalizas en su pedacito de tierra: ají, cachucha, ajo porro, cebolla, lechuga, maíz enano, rábano, tomate, boniato, yuca, quimbombó, zanahoria, calabaza, frijol y algunas plantas medicinales.
La meta a cumplir es que todos los convivientes del inmueble puedan consumir lo que se logre cultivar en su huerto, aunque sea poco a poco.
Estos cubanos no utilizan especial instrumentario o productos para fertilizar la tierra, sino mucha dedicación y ganas de subsistir, por lo que tampoco tienen que recaudar o invertir demasiado capital en su iniciativa.
En medio del crítico desabastecimiento general que vive Cuba en estos momentos, esta idea es una propuesta inteligente para independizarse y sobrellevar la crisis.
