Las fuerzas del orden de Cuba multaron y denunciaron a una ciudadana de la Isla de la Juventud por “actividad económica ilícita”, pues pretendía vender a través de WhatsApp un paquete de leche en polvo correspondiente por la libreta de abastecimiento a su hijo con intolerancia a la lactosa.
Esta enfermera decidió vender el paquete de leche en polvo de su hijo menor (única y exclusivamente) para poder comprar las frutas que el niño sí puede ingerir.
La presunta criminal explicó en el blog Periódico Pinero en Facebook que solo intentaba sustituir un alimento que daña la salud del niño y que es adquirido legalmente en una bodega estatal por cuota de menor edad, por algo que sí le resulte beneficioso.
El pequeño “padece una mala absorción intestinal”, según palabras de su madre y de sus doctores, por lo que ella quería comprar pulpa de mango para hacer jugo.
La mujer aseguró que al niño le hicieron todas las pruebas necesarias para comprobar si era capaz de digerir algún tipo de leche, y todo, hasta el yogurt y el helado, le hace daño. El menor no puede siquiera ingerir medicamentos que contengan lactosa.
La enfermera contó que un hombre, identificándose como el supuesto padre de un niño de un año de edad, la contactó por la red social mostrando interés por el producto y, días después, tenía un operativo policial entero armado frente a su casa, con todos los vecinos de la cuadra movilizados.
Los agentes le exigieron el carnet de identidad y comenzaron a realizar inmediatamente después un registro del hogar, donde fueron encontrados dos paquetes sellados y uno en uso, los que había adquirido en la bodega el día anterior.
A pesar de que explicó mil veces que la procedencia de esas bolsas no rozaba la ilegalidad de ninguna manera, los agentes procedieron a requisar los bienes sin tener en cuenta que la hija mayor de la mujer sí consumía el producto.
Lamentó que la policía trate a todos como delincuentes, gritando y maltratando sin consecuencias, viéndolo desde su perspectiva de profesional de salud pública que da a sus pacientes tratamientos diferenciados en función del tipo de persona que atienda.
Al recibir orientación de un fiscal militar, supo que «ese es el procedimiento», lo que significa que, aparentemente, se debe solicitar autorizo hasta para vender objetos y productos que no necesita, lo que la alarmó e indignó considerablemente.
Además, el especialista expuso que le fue advertido que los grupos de WhatsApp eran ilegales. Estos han sido una alternativa que ha probado gran viabilidad en estos tiempos de pandemia, especialmente considerando el desabastecimiento agudo que obliga tanto a vender como a comprar alimentos y artículos de primera necesidad que no se pueden encontrar de otra manera.
En septiembre del pasado año, fue aprehendida una mujer en el municipio cabecera de Artemisa por vender productos a través de la plataforma como champú, espaguetti, detergente líquido y en polvo, pasta de dientes y aceite.
