Marino Murillo aplaudió como un gran logro el hecho de que a estas alturas del mes de febrero, ya la población cubana se haya deshecho de la mitad de los 600 o 700 millones de CUC que deben salir de circulación antes del 30 de junio de este año.
El responsable de la implementación de la Tarea Ordenamiento admitió que la información ofrecida a la población y a las instituciones estatales no fue la correcta, lo que generó mucha incertidumbre sobre dónde se recogía el CUC y dónde no.
La unificación monetaria y la consiguiente desaparición paulatina del CUC hizo que el pueblo entendiera que era una moneda de la que había que deshacerse con rapidez.
También se avisó de que hay grandes posibilidades de que disminuya el número de establecimientos estatales que acepten CUC en la medida que se acerque el final del plazo de 180 días.
Se informó el pasado 12 de enero que unas 500 entidades se dedicarían a recolectar esta divisa: instalaciones de la cadena Caracol, de la Empresa Extrahotelera Palmares, de la Agencia de Promociones Artísticas y Literarias (Artex), y de las tiendas Cimex y Caribe.
No obstante, miles de cubanos por toda la geografía nacional se han quejado porque esos locales han rechazado la moneda, aún cuando el cartel de su entrada estipula lo contrario.
Un cliente aseguró que llevaba más de 3 horas tratando de cambiar 25 CUC en todos los establecimientos a los que pudo acudir en la zona.
La moneda de referencia actualmente es el dólar estadounidense y luego se halla el peso cubano (CUP), así que ninguno de los servicios privados en la isla quiere oír hablar del CUC.
En este tipo de negocios, parece haber una manera de hacer de los pesos convertibles un problema de otro. Un repartidor de pizzas a domicilio que trabaja con el servicio de mensajería Mandao bromeó con que ha recibido las mejores propinas en estás últimas semanas porque los clientes le dan todo el CUC que tengan.
¿Cuál sería la alternativa?: interminables colas para acceder al banco en las que coinciden personas para cambiar CUC, o para abrirse una cuenta en Moneda Libremente Convertible (MLC) con el objetivo de comprar en tiendas que operen con esta divisa, o para cobrar una transferencia proveniente del exterior, o para pagar algún trámite o deuda atrasada con la Oficina Nacional de Administración Tributaria.
En un banco de la habanera calle Ayestarán, advierten a quien pregunte por caja que si su intención es de cambiar CUC, debe marcar en una cola separada a de las otras operaciones
Estos billetes que, en vez de héroes, exhiben monumentos, no son aceptados en negocio alguno, estatal o privado, por lo que las personas pasan horas en los bancos para cambiarlos.
Una joven hasta se ve reticente de deshacerse de los billetes de CUC que le quedan, solo porque, desde que tiene memoria, esos han sido los representantes de algo valioso y ahora ya no. «Es como despedir a un pariente», concluye la muchacha.
