El Gobierno cubano adaptó una docena de instalaciones hoteleras para hacerlas funcionar como centros de aislamiento para cubanos residentes en el extranjero y turistas que arriben a la isla, luego de implantar el confinamiento preventivo obligatorio para viajeros internacionales entre las nuevas restricciones para frenar el avance de la COVID-19 en el país.
La tercera ola de contagios de la enfermedad en la isla ha obligado a las autoridades a tomar severas medidas sanitarias y reimplantar algunas otras con aplicación en todo el territorio nacional.
Isabel Ocampo, jefa de relaciones publicas de la empresa estatal Havanatur, explicó que se han habilitado doce hoteles en todo el país para esta cuarentena, de seis días y cinco noches, de los cuales la mitad se encuentran en La Habana y el resto distribuidos por toda la isla.
El confinamiento obligatorio implantado por las autoridades nacionales establecía que en los hoteles se hospedarían extranjeros y cubanos residentes en el exterior (corriendo con todos los gastos) y en centros gratuitos con menos comodidades se albergarían los cubanos residentes en el país.
Esto se decidió luego de la crítica situación epidemiológica alcanzada en el mes de enero, tras la apertura de los aeropuertos internacionales en noviembre y un repunte de casos positivos en diciembre.
Se conoce que los viajeros no pueden salir de sus habitaciones, las que pueden costar entre los 40 y los 100 dólares la noche.
El director de Hotel Comodoro (4 estrellas, de la cadena cubana Cubanacán), Omar Milián, afirmó que en sus instalaciones se encuentran hospedados más de un centenar de personas de distintas nacionalidades bajo cuarentena.
Madeline Hernández, una cubana de 49 años hospedada allí, aseguró que para ella era una buena opción porque ella viaja gracias a su ejercicio laboral en una firma extranjera.
Hernández, quien llegó de República Dominicana el martes, se está hospedando en el Comodoro porque su empresa le pagó la estancia, y puede continuar trabajando desde su confinamiento porque tiene servicio de Internet desde su habitación.
Cuba, como muchos otros países, instauró un protocolo en el que se realiza una prueba a la entrada y otra a los cinco días, que asumió un nivel más alto de seguridad cuando, en las últimas semanas, se comenzó a exigir un resultado de PCR negativo de coronavirus previo al abordaje y se redujeron las frecuencias de los vuelos procedentes de países como México, Panamá y Estados Unidos.
Con más de 1.000 nuevos contagios diarios luego de la apertura realizada a finales del pasado año, Cuba estuvo alrededor de nueve meses teniendo menos de 10 enfermos por día y regiones que llevaban meses sin reportar casos.
El Gobierno y las autoridades sanitarias achacan el surgimiento de una nueva ola, entre otras causas, al arribo de cubanos residentes en el exterior que viajaron para visitar a sus familiares.
Cuba suspendió los vuelos comerciales y el transporte público y cerró las escuelas al darse a conocer los primeros casos, en marzo de 2020. Estas medidas se implementaron en conjunto con las campañas de pesquisa en las comunidades a todo lo largo del país y el aislamiento institucional que imponían para los casos positivos. En consecuencia, el PIB del país sufrió una caída del 11% en 2020 y la economía quedó paralizada casi en su totalidad.
El rebrote surgió al reanudar gradualmente las operaciones aéreas ante la mejoría que experimentaba la situación epidemiológica del país, por lo que, a día de hoy, existe un toque de queda en La Habana, hay limitaciones en el transporte y las clases continúan suspendidas para controlar los contagios.
El reporte de este viernes informó sobre las cifras de 36.595 casos y más de 200 fallecidos que se han registrado desde marzo.
