Una de las sobrevivientes del famoso accidente de tránsito en Mayabeque (donde murieron 12 maestros de la provincia de Granma), Marisel Naranjo Mendoza, narró su experiencia en la tragedia.
Contó que llegaron todos los tripulantes del ómnibus a Ciudad Libertad a la 1:00 a.m. y allí aguardaron pacientemente hasta que comenzaran a partir las guaguas. Dijo que salieron primeramente las dirigidas hacia Santiago de Cuba y a Guantánamo, y la de Granma (la accidentada) salió a las 5:40 a.m. Todos quedaron dormidos en cuanto subieron a la guagua, puesto que habían trasnochado.
El viaje no tardó en arruinarse, pues el transporte sufrió el trágico accidente a pocos kilómetros luego de salir de La Habana (en el kilómetro 42 de la Autopista Nacional, en Güines).

Relató que notó unos golpes cuando estaban por los kilómetros 40 y 50, justo en el puente de Güines. Tuvo una horrible sensación de que la guagua iba cayendo y dando vueltas en el aire. Sintió entonces otro golpe y luego otro más, un desliz después y comenzó a tocar todo su cuerpo en cuanto se pudo orientar para ver si estaba viva.
Ella logró salir de la guagua aplastada con mucho trabajo y la ayuda de otros. No perdió el conocimiento en ningún momento y pudo ver todo lo sucedido, y rompió en llanto en cuanto se dio cuenta de que sus compañeros fallecidos «pasaron del sueño a la muerte».
Le dolió muchísimos recordar esos tan difíciles momentos en que veía a sus compañeros debajo de los asientos sin tener la capacidad de socorrerlos. Las ambulancias y carros de bomberos llegaron con urgencia al sitio y fue trasladada enseguida hacia el hospital de Güines. Sus hermanos, residentes en San José de Las Lajas, tramitaron su traslado posterior hacia el hospital en su municipio natal en Granma.

La accidentada afirmó a Escambray que tuvo fracturas en el lado derecho de las costillas, por lo que no le era posible viajar sentada por el dolor costal, y que se siente muy agradecida por la atención médica y paramédica, desde los primeros auxilios a momentos del siniestro hasta el cuidado que recibe actualmente en el Policlínico municipal.
De 47 años, Naranjo fue trasladada hasta su casa en el municipio granmense de Guisa, en una ambulancia especial. En La Habana, se desempeñó como subdirectora docente del Instituto Politécnico Agropecuario Armando Mestre Martínez, en Arroyo Naranjo, cargo que retomará cuando se recupere.
Confiesa, reiterando, sentirse dolida por haber perdido a sus compañeros, quienes eran miembros de un contingente pedagógico de apoyo a la cobertura docente de La Habana desde hace casi dos decenios, conocidos como Los Valientes.


