El caos epidemiológico que existe aún en la provincia de Santiago de Cuba está intentado ser aminorado por sus autoridades sanitarias y políticas, pero se necesitaba hallar un chivo expiatorio a quien cargar con todas las culpas por el descontrol sanitario en medio de esta tercera ola de contagios de la pandemia de coronavirus, y esta vez fue Guillermo Mora García, el ahora exdirector provincial de Salud Pública.
Una muy breve nota al respecto fue publicada este sábado en el periódico Sierra Maestra, donde se expresaba la destitución de Mora de forma totalmente implícita (pues no se nombra ni se da explicaciones de la decisión) y su reemplazo con la que ejercía como jefa de Atención Médica Provincial, María Eugenia García Céspedes.
Los medios de prensa alternativos cubanos se han dedicado en el último mes a evidenciar los embrollos que se han estado dando en las áreas de salud del territorio oriental, sobre todo en la ciudad cabecera: negligencias médicas por falta de rigurosidad y disciplina en la aplicación de protocolos estipulados para la pandemia, retrasos en la realización y entrega de resultados de exámenes PCR, deficiencias en condiciones higiénicas, desorganización en centros de aislamiento, incorrecta gestión sistémica de las entidades involucradas, etc. Todo esto no hace más que poner en duda la veracidad y la transparencia de los reportes oficiales del Gobierno provincial.
Mora había sido presidente del gobierno en el municipio Tercer Frente y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Muchos de sus allegados y colaboradores cercanos aclararon que, pese a que él tuvo responsabilidad por el desastre resultante (junto a muchísimos más implicados), ahora se le está atribuyendo la culpa absoluta por todo lo ocurrido, incluyendo las muertes dadas en el Hospital Materno Tamara Bunke, donde fallecieron unas 2 madres y 7 niños en noviembre de 2020 (gracias a una bacteria que existía en los salones de parto).
Yofaidy Pérez Medina, la jefa del Programa Materno Infantil del territorio, fue también relevada hace poco sin ninguna explicación. Todas las pacientes del Tamara Bunke pasaron al Hospital Juan Bruno Zayas y se dio en ese momento la excusa de que solo se pretendía llevar a cabo una serie de reparaciones.
Una empleada de la Dirección Provincial declaró que la degradación de Mora tuvo mucho que ver con la trasmisión del dengue en el área y la situación acaecida en el Laboratorios Farmacéutico Oriente, pues los medios oficiales dijeron que Yuneisy Quiala Paizán, quien trabajaba allí, murió de una «bronconeumonía bacteriana», cuando sus compañeros y allegados sospechan que fue de COVID-19.
Medios alternativos han comprobado que Mora fue «estimulado» por su desempeño a principios del año pasado con una vivienda en calle Sexta, entre B y C, del reparto Sueño.
El Consejo de Gobierno fue el que tomó la decisión de despedir a Mora y promover a María Eugenia García Céspedes. No obstante, esta también ha sido culpable de numerosos errores y negligencias desde su antiguo cargo.
La misma edición del Sierra Maestra que presentó la nota mencionada, también comentó la imperante urgencia por erradicar los errores en el control de los focos de contagio, las demoras con los resultados de los PCR y la correcta implementación de los protocolos sanitarios, todo para frenar la situación epidemiológica de una provincia que ha reportado oficialmente 1.600 infestados de coronavirus en los últimos 12 días.


