Actualmente, los hospitales, morgues y cementerios de Santiago de Cuba se encuentran colapsados por la extrema cantidad de pacientes positivos a la COVID-19 que se infectan a diario. Los Gobiernos provincial y nacional, mientras, continúan reportando solo una fracción de la realidad epidemiológica.
Pese a que no se ha reconocido en informes nacionales del Ministerio de Salud Pública, se ha podido comprobar que en la residencia estudiantil de la Universidad de Oriente, habilitada para albergar al personal que egresa de las «zonas rojas», hay 20 infectados y un médico falleció.
Una voluntaria de la primera etapa del ensayo clínico del candidato vacunal Abdala (del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología), quien ejercía como operaria de la línea de sueros parenterales del Laboratorio Farmacéutico de Oriente, también murió recientemente, de acuerdo con testimonio de familiares y compañeros de trabajo.
Están bajo cuarentena todos los empleados del centro que estuvieron en el turno de trabajo de la fallecida, y muchos candidatos de la segunda fase del proyecto vacunal ya no quieren participar.
Otra mujer falleció (presuntamente) de esta enfermedad en el campamento pioneril de la Granjita de Siboney, el que está concebido para tratar con enfermos de dengue. También presuntamente se ha alegado que recibió el tratamiento equivocado, y llegó a acontagiar a 15 niños.
Fuentes de medios alternativos han confirmado que para la noche del 30 de enero, no se estaban realizando autopsias ni incinerando cadáveres en el territorio porque el crematorio local ya está sobresaturado.
Una trabajadora de la funeraria Bartolomé Masó admitió que están pasando por circunstancias de verdadero caos, y que se están colocando dos féretros en cada sala para garantizar los velatorios.
Comentó que a los muertos por coronavirus hay que «priorizarlos porque no hay capacidad para conservarlos y pueden propagar la enfermedad».
Los fallecidos por la enfermedad se creman junto a sus pertenencias. Hasta la fecha, no está autorizada la entrega de los restos a los familiares. Solo se devuelven el móvil, el reloj y muy pocas prendas, solo luego de un proceso de desinfectación.
Estas situaciones se oponen a las bajas cifras de descensos por el virus que el Gobierno reporta diariamente. Los empleados del cementerio de Santa Ifigenia y autoridades de servicios necrológicos provinciales tuvieron que desviar sepelios hacia las necrópolis de los poblados de El Caney, El Cristo y El Cobre por problemas de capacidad en bóvedas y nichos colectivos.
Se han mantenido a pacientes confirmados con el virus en los cuerpos de guardia de los policlínicos por falta de espacio para albergarlos en los 26 centros de aislamiento del territorio.
A Manuel Torres Quintana, hombre de más de 80 años de edad, con un marcapasos y una obstrucción pulmonar crónica, le dijeron en su centro de salud que fuera caminando para su casa y que esperara allí por la ambulancia.
Algunos familiares y allegados de contagiados que se infectaron, no lograron acceso a una prueba PCR por ser asintomáticos, por lo que algunos terminaron mintiendo sobre sus síntomas.
No se reportó que 22 estudiantes de Ciencias Médicas contrajeron el virus durante los pesquisajes, ni que todos los exámenes PCR atrasados de la provincia fueron desestimados cuando cerró el mes de enero.
Santiago de Cuba ha acumulado 1.239 pacientes positivos en los últimos 10 días, y algunos detalles indican que en el territorio se está dando una cepa más fuerte. Existen unos 400 focos activos en el momento en la provincia, con cientos de manzanas encuarentenadas.
A pesar de que se está haciendo un esfuerzo por cumplir con el plazo máximo de entrega de los resultados de los PCR (72 horas), el proceso continúa demorándose más de 100.
Otro problema de significativa magnitud radica en las pobres condiciones higiénico-sanitarias de los centros de aislamiento. Los hoteles Versalles, San Juan, Las Américas y Costa Morena serán abiertos próximamente para el confinamiento de turistas y cubanos residentes en el exterior, mientras que los cubanos residentes en la isla que estén regresando, se albergarán en la academia de béisbol y demás instalaciones a las que se les demora más de 10 días en suministrar agua.
