Dada la llegada de esta tercera y devastadora ola de contagios del virus de la COVID-19 en Cuba y con una cifra total de casos confirmados de 15 536 en el mes de enero, las autoridades sanitarias han decretado que todos los nacionales confirmados con la enfermedad o bajo sospecha, deberán permanecer en cuarentena en los centros de aislamiento habilitados por el Gobierno en cada provincia. Esta medida entrará en vigor el próximo sábado 6 de febrero.
Los cubanos residentes en el exterior y los extranjeros serán confinados, asumiendo los gastos de estancia y transportación, en las instalaciones hoteleras dispuestas para el fin.
El Director Nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Dr. Francisco Durán García, explicó el retorno a esta medida (aplicada durante los primeros meses de coronavirus en el país) alegando que el confinamiento domiciliario de 10 días fue incumplido en reiteradas ocasiones por un grandísimo porcentaje de los viajeros que lo tenían que acatar.
Es inaudito las cosas que una llega a agradecer en este punto. Llevo tres días acá y después de tirar agua y sacar un churre de meses veo que es mejor estar acá y no en un hospital. pic.twitter.com/FPU9vAMTH6
— Geisy Guia Delis (@GeisyGuiaDelis) May 30, 2020
Manuel Marrero Cruz, primer ministro del Gobierno, anunció en la comparecencia del 7 de octubre del 2020 en la Mesa Redonda, que los tan criticados centros de aislamiento iban a ir cerrando progresivamente, para comenzar entonces con los períodos de confinamiento preventivo en las viviendas y hoteles.
Las autoridades sanitarias y gubernamentales decidieron retractarse a tres meses de tomada esa decisión debido al desenfrenado aumento de casos positivos, el que se espera que llegará al pico de la curva epidemiológica a finales de febrero.
Nacionales residentes en la isla han manifestado su preocupación al respecto, ya que las condiciones presentes en esas instalaciones dejan mucho que desear.
Desde la UCI en aislamiento por el Covid: Hoy nuestro desayuno ha sido jugo de mango, pan y esta cosa cuadrada que creo es tortilla, aunque no la comí. Hoy es jugo de mango, creo que porque ayer llamamos al puesto de mando para decir que el yogurt que nos estaban dando estaba pic.twitter.com/2UeoYnPxyV
— Geisy Guia Delis (@GeisyGuiaDelis) May 30, 2020
Esteban Ajete Abascal, de Pinar del Río, contó que su experiencia anterior en la entidad fue muy negativa. El compañero aseguró que estar internado por dos semanas consecutivas en un sitio así dejó daños físicos y psicológicos en los aislados.
El sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez Pita, del municipio Centro Habana, apuntó que la situación con estas instituciones es muy compleja en la actualidad, porque si no existen recursos sanitarios ni alimenticios para proveer a la población, tampoco los habrá para miles de personas que tengan que estar encerradas y abastecerse de este servicio gubernamental de forma gratuita.
[2/2] No soy de publicar este tipo de fotos, básicamente porque lo que me dan es dolor, pero no pude dejar de pensar en que esta es la alimentación que reciben personas enfermas. ¿Es esto lo que les envía el @MINSAPCuba o los trabajadores "meten las manos"? Nunca lo sabré… ?
— Camilo Condis ?? (@camilocondis) February 2, 2021
Residentes en la Isla de la Juventud han denunciando desde las redes sociales que las autoridades de ese territorio han habilitado varias antiguas y abandonadas escuelas en el campo (ESBEC) en la Isla de la Juventud para que funcionen como centros de aislamiento.
Estos lugares no tienen condiciones para albergar a ninguna persona ahora que están descuidados (a duras penas las mantenían antes cuando aún funcionaban), y mucho menos para funcionar como un centro que ofrece servicios de salud, pues no reúnen las condiciones higiénicas necesarias.
Fuentes dentro del propio Ministerio de Salud Pública han revelado que las entidades estatales encargadas de organizar todo lo referente a la enfermedad están enfrentando serios problemas de logística ante este rebrote.
Según las personas que han estado en estas instalaciones, no hay sábanas, ni ventiladores, cubiertos o medidas higiénicas, por lo que los pacientes se tienen que confinar con todo traído de su casa.
José Carlos Fernández, bicitaxista avileño, comentó que, desde el viernes, su hermana y su sobrina se encuentran internadas en un centro implantado en la universidad Máximo Gómez, a la salida del municipio cabecera, en el kilómetro nueve de la carretera en dirección a Morón.
Fernández reveló que los acondicionamientos son terribles: baños tupidos, alimentación pobre, ausencia total de medicamentos y los internos deben llevar sus propias provisiones y aseo personal.
