Una internauta cubana identificada en las redes sociales como Miriam García Sánchez denunció públicamente que se cometió una negligencia médica muy grave en el Hospital Nacional en La Habana, donde el entregaron un cadáver que no era el de su fallecido padre.
Según sus palabras, una trabajadora social le comunicó que su padre había fallecido el pasado 21 de enero a causa de una insuficiencia respiratoria.
Rápidamente, Sánchez se presentó en el hospital para reconocer el cuerpo, ya que su padre se encontraba indocumentado en el hospital.
Allí le informaron que debía esperar a ver el cadáver en la funeraria, pero al ver el acta de defunción de su padre, esta reflejaba como fecha de la muerte el día 23 de enero y no el 21, por lo que empezó a sospechar.
Luego de esperar durante horas en la funeraria, Miriam pudo comprobar que el cuerpo entregado no era el de su padre, sino el de otro señor fallecido en esas mismas fechas.
Menuda desagradable sorpresa se llevó al regresar al hospital para devolver el cadáver ajeno y por fin obtener el de su padre, ya que le informaron que allí ya no había ningún cuerpo y que al cuerpo de su padre le había dado sepultura desde las 4:35 de la tarde y que la responsabilidad había sido de la morgue.
“Quería que, en el cementerio de Calabazar, donde fue enterrado mi papá con el nombre de Ovidio (el otro muerto), le entregara el cadáver para que yo no hiciera la denuncia legal, cosa que es un delito, pues el cuerpo no se puede desenterrar sin una orden de exhumación”, contó Miriam haciendo alusión a las palabras de la jefa del Departamento de Admisión.
“Intentaron persuadirme para que lo dejara todo así y no causarles problemas. Jamás se detuvieron a pensar en mi dolor, que ni siquiera pude despedirme de él”, se lamentó.
María no entiende cómo pudo haber ocurrido una confusión de ese tipo, ya que Ovidio era calvo, de tez entre blanco y mulato, 1.60 de estatura, nariz ancha, orejas grandes, sin dientes, ojos oscuros”, mientras que su padre “medía más de 1.80, era rubio de ojos verdes, pelo canoso, piel blanca, barba y bigotes, y de 62 años”.
Tras intentar hacer la denuncia y recorrer más de una estación de policías, una mayor de Santiago de las Vegas le gritó que su caso “se trataba de un error, que no había delito alguno”.
“Luego de tantos días de carrera, de sentimientos encontrados, de dolor, ya sé dónde está mi papá, pero también sé que no está descansando en paz como merece”, escribió Miriam en Facebook, concluyendo que acusaría al Hospital Nacional por daños, prejuicios y negligencia Médica.


