La Tarea Ordenamiento también ha provocado una subida en los precios de los servicios sociales tales como los hogares de ancianos, los que ahora cuestan 3 o 4 veces su valor anterior.
Los hogares de ancianos comenzaron a costar 1.260 CUP y las casas de abuelos, 792. Las antiguas tarifas de estos servicios se encontraban entre los 180 y los 400 CUP, y cuando no eran certificados, iban de los 25 a los 40 CUP.
Los hogares de tipo B y las casas de abuelos no certificados sobrepasan ahora los 110 CUP.
La directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Belkis Delgado Cáceres, expuso que los ancianos ahora tienen mejores posibilidades para asumir los costes de estos servicios (parcial o totalmente), dado el aumento monetario de pensiones.
Delgado aseguró que el Gobierno está dispuesto a abonar el costo parcial de la estancia del adulto mayor que necesite estar bajo cuidados permanentes y cuya familia no se quiera hacer cargo del gasto. Agregó que ya se está llevando a cabo un análisis socioeconómico y demográfico que recoja suficientes datos para evaluaciones de casos individuales.
Sin embargo, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) insiste en que la infraestructura estatal es insuficiente para enfrentar el altísimo nivel de envejecimiento poblacional que tiene Cuba actualmente. El país cuenta con 10 258 plazas en 300 casas de abuelos, 3 516 plazas de día en hogares de ancianos y 12 561 camas en 157 hogares.
Marta Elena Feitó Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social, aseguró que se mantendrá la ayuda a los 7 653 adultos mayores que antes del «ordenamiento» recibían servicios subsidiados en estas instituciones, aunque ya no será un apoyo total.
La nueva legislación establece que la Asistencia Social cubrirá el pago parcial de estos servicios solo cuando se compruebe que la familia o el propio beneficiario no puede asumir el costo.
Desde 2013 se ha venido realizando un proceso de evaluación y certificación de estas entidades estatales, por lo que ya muchas de ellas habían incrementado sus tarifas antes del reordenamiento monetario.
Todos los cubanos residentes tienen el derecho de aplicar para que les concedan el servicio de casas de abuelos, desde que cumplen los 60 años. Ahora pueden ser también admitidos, en las 39 casas de abuelos concebidas para la atención del deterioro cognitivo, los mayores con demencia inicial. Aquellos ancianos inválidos o en situación de discapacidad son enviados a los hogares ancianos.
Cada hogar, según información del portal de Cubadebate, se relaciona directamente con el policlínico de la comunidad y, por tanto, es atendido por personal médico, con los siguientes servicios: consultas especializadas para dar debida atención a diferentes patologías, atención 24 horas y fisioterapia y rehabilitación. En cambio, se conoce que hay, en la isla, una enfermera por cada 20 personas de la tercera edad.
El Estado, que asumía parte de la responsabilidad del cuidado a los ancianos, esclareció que, con la llegada del reordenamiento económico, se deben desarrollar formas de gestión no estatal, que implica nuevos servicios desde el sector cuentapropista y, aquellos que no pueden costearse cuidadores privados, se queden sin muchas opciones.
Solo 1.811 abuelos se encuentran internos en hogares de ancianos bajo el amparo de un subsidio, en un país donde el 21% de la población es mayor de 60 años y existen 1.670.000 de pensionistas.
Por si fuera poco, los precios de los Sistemas de Atención a la Familia (SAF) presentaron un alza considerable en sus precios, algo que reduce las posibilidades de llevarse comida caliente a la boca de aquellos mayores que no cuentan con el apoyo de familiares.
El programa, que atiende a 77.661 personas entre jubilados, casos de asistencia social e individuos en situación de discapacidad, cuenta con 1.437 entidades en toda la isla. De ellos, no son pocos los que han decidido dejar de asistir a los comedores por los precios «abusivos», comparados con la tan deficiente alimentación que estos proveen.
