Las notarías de La Habana se hallan actualmente vacías de interesados en la compraventa de su domicilio. Las solicitudes de trámites vinculados a la vivienda se han extinguido luego de la implementación de la Tarea Ordenamiento, y esto ha sido causado principalmente por la incertidumbre que rodea al valor y a la estabilidad del Peso Cubano (CUP) y a sus consecuencias sobre el mercado inmobiliario nacional.
Ahora la gestión más demanda en estas oficinas estatales es la del «poder notarial para que un familiar pueda representar al propietario en caso de que éste salga del país», según el testimonio de una empleada de unos de estos centros en el capitalino municipio Cerro.
La trabajadora aseguró que el descenso en el número de compraventas que ellos gestionan tiene muchísimo que ver con que los cubanos temen a vender sus propiedades en CUP.
La temida devaluación de la moneda nacional ha influido grandemente en las operaciones comerciales de mayor requerimiento de capital. A pesar de la tasa cambiaria fija que el Gobierno cubano estableció (de 24 CUP por 1 USD), el Peso Cubano se está devaluando con rapidez, y es que el dólar ya se cotiza entre los 47 y los 50 CUP en el mercado informal cubano.
Un ciudadano que lleva más de un año tratando de vender su casa de 4 habitaciones en el municipio Playa, Ulises Brito, se quejó de que el mercado era infértil para este propósito en la actualidad. La casa, acondicionada como un hostal para turistas, no dio los frutos que se esperaban debido a la caída del turismo, primero con las sanciones de Washington dictadas por el expresidente Donald Trump, y luego por la pandemia de coronavirus.
La mayoría de las ofertas de compraventa en el portal Revolico datan de hace meses y no han logrado comprador. Brito decidió volver a Estados Unidos, luego de repatriarse hace par de años, porque las trabas con el turismo le han causado ya serios problemas financieros; el problema ahora es que no logra vender el inmueble.
Brito no quiere ni escuchar sobre el Peso Cubano; la compra se debe realizar únicamente en dólares estadounidenses e ingresarse en su cuenta bancaria de ese país. Comenzó con la oferta en 80.000 dólares y ya anda por 65.000, pero no puede seguir bajando porque invirtió muchísimo capital en la reparación y la casa está en excelentes y cómodas condiciones.
En el portal de compraventa Revolico, gran parte de los clasificados son de vendedores que no han encontrado comprador para su vivienda en meses. El entramado mobiliario se ha visto seriamente perjudicado por la crisis económica, el aumento de los costos de vida y la pérdida de poder adquisitivo en todos los sectores de la sociedad que dependen estrechamente del turismo.
A finales de 2011, cuando la administración de Raúl Castro dio pleno permiso para la gestión de compraventa de casas, se dispararon las transacciones entre los cubanos, pero el panorama actual es bastante diferente.
El emergente mercado inmobiliario logró alrededor de 80.000 convenios tan solo dos años luego de que se derogara la prohibición, fenómeno que hizo aparecer los llamados agentes inmobiliarios.
Un cubano varado en México desde hace un año, Carlos Luis Alonso, comentó que le firmó un poder notarial a su hermana con el objetivo de que lograra vender su apartamento en Santa Clara. Alonso tiene la esperanza de que ese dinero le ayude a llegar a los Estados Unidos con su esposa y su hijo de cinco años, como otras dos familias cubanas que se quedan en la misma casa en México. Ninguno ha logrado vender porque los interesados que aparecen pretenden pagar en peso cubano, a lo que los emigrados se niegan.
Un anuncio en Revolico lleva meses reiterando su oferta con el texto: «Se vende casa de tres habitaciones a pocos metros de la Plaza Vieja de La Habana. No nos haga perder el tiempo, solo para compradores con dólares», que reitera luego, para que no quede duda alguna: «No aceptamos pesos cubanos».
