Dado el profundo desabastecimiento general vigente en Cuba y la incapacidad gubernamental de importar materias primas para la producción nacional de piensos, los ganaderos de la Isla de la Juventud se han visto obligados a ingeniar un nuevo alimento para los animales creado con moringa, morera, tithonia, King grass, Mar Pacífico, frijol canavalia, boniato, sorgo y yogurt de soya.
Estas innovaciones son remiendos a los que los productores y ganaderos tienen que recurrir para continuar desempeñando su labor agropecuaria, pues son damnificados directos de los problemas del país para comprar insumos en el mercado exterior.
Francisco Hernández Rodríguez, diestro trabajador del campo, fue el que dio forma a esta invención. Actualmente, junto a su hijo, fabrica pienso criollo en su finca para su ganado.
El productor señaló que cuenta con plantaciones de moringa, King grass, tithonia, morera, boniato, Mar Pacífico, frijol canavalia y sorgo para lograr elaborar las cantidades necesarias de su pienso casero. Al juntar estas producciones con restos de cosecha y yogur de soya, la amalgama resulta rica en fibras, energía, vitaminas y minerales, y cubre de forma eficiente las necesidades nutricionales del ganado.
Expuso, además, que esta alternativa para el procesamiento de pienso puede ser también empleada, con debidas variaciones en los balances, para alimentar el ganado ovino-caprino, avícola, bovino, porcino y equino.
La fórmula fue sugerida por el propio campesino para el alimento animal del país, como una buena sustitución de la comida original que se emplea en esta ganadería.
Incluso instó al municipio a destinar alrededor de 60 caballerías a la plantación escalonada de arbustos forrajeros y proteicos, con el fin de mantener el abastecimiento de pienso criollo durante todo el año.
Se ve entonces que la iniciativa ha sido muy fructífera, pues son los mismos productores los que fabrican su propio alimento animal, además de proponerlo ante el Gobierno como una opción viable para sobrellevar la carencia de materia prima.
