Los pobladores de la cienfueguera Ciudad Nuclear enfrentan un problema sistémico de suministro de agua potable desde que el 2020 llegaba a su fin.
Una vecina del reparto, Esmeidys Álvarez Coguay, acudió a denunciar los obstáculos que se imponen en el servicio en el diario Juventud Rebelde, además de mencionar las únicas dos veces que la localidad ha recibido agua en el mes de enero, por supuesto, sin que todos los habitantes lograran acumular suficiente líquido para vivir hasta la próxima entrada.
Dos días consecutivos de bombeo, según lo que expuso en su carta a la columna Acuse de recibo, son mínimamente necesarios para que la totalidad de la población reciba agua para el uso común del líquido en el hogar. En ambas ocasiones que se bombeó agua hasta el reparto, fue solo un día y muy poco volumen.
La vecina afirmó el desconocimiento popular de los causantes de las afectaciones y que los rumores que les han llegado excusan el problema con daños y averías en las bombas potabilizadoras por lo que fueron enviadas a Mayabeque para su reparación.
Viajes de ida y vuelta cargando agua desde cisternas en desuso fueron la alternativa que vislumbraron los vecinos de la Ciudad Nuclear para sobrellevar la carencia, pero la demanda y la escasez hacen este abastecimiento insuficiente.
«Estamos muy preocupados. Muchos no tenemos agua ni para tomar. Los servicios están colapsando», dijo preocupada Álvarez Coguay en representación de la comunidad, que no aguanta la espera de un respuesta concreta y un remedio viable a su situación.
La solución encontrada entre la desesperación, como advierte la ciudadana, provocó que las cisternas estén sin ningún tipo de protección, lo que, sumado a que algunos vecinos introducen en ellas recipientes sucios, puede significar que ni siquiera esa agua pudiera ser utilizada debido a insalubridad.
Fundada en octubre de 1982, la Ciudad Nuclear se proyectó como el de residencia de los trabajadores de la Central Electronuclear de Juraguá. El principal impulsor fue el mismo Fidel Castro, puesto que sería el generador de electricidad más fructífero para el país, gracias a la financiación de la entonces Unión Soviética.
El periodista británico Darmon Richter relataba mediante la BBC que la idea integraba asentamiento urbano que, siguiendo el modelo de la «utopía socialista de Atomgrado», contaría con «viviendas sociales e inagotables fuentes de energía no contaminantes».
Los habitantes de la localidad perdieron puestos de trabajos y el país, una gran inversión con el abandono de Juraguá, lo que el reportero consideró «una oportunidad perdida».
Con Mario Guerra y Mario Balmaseda como protagonistas, la película La obra del siglo de Carlos Machado Quintela retrató a los pobladores de la Ciudad Nuclear en una fusión de ficción y realidad que evidencia un lugar símbolo de un proyecto inalcanzable.
