Como diría Nelly Furtado, todas las cosas buenas tienen un final. En este caso, se trata de la idílica y efímera relación que mantenían Ben Affleck y la cubana Ana de Armas —sí, tu ídolo juvenil de ‘El Internado’—. La revista People daba la noticia de la desavenencia este lunes, una ruptura que ya se veía venir dado que, a pesar de llevar menos de un año juntos, ya habrían tenido varios altibajos.
Ahora, después de varios vaivenes y de pasar juntos el estricto confinamiento, parece que sus caminos se bifurcan. Según contaba la misma fuente al medio que daba la exclusiva, Ana habría sido quien daba el paso de finiquitar el romance debido a que la actriz no querría seguir viviendo en Los Ángeles, ciudad donde residían hasta ahora. Affleck, sin embargo, no tendría pensado moverse dado que allí comparte a sus tres hijos con su exmujer, Jennifer Garner.
De hecho, Ana ya habría pasado las Navidades en Cuba sin su novio, con quien informan que habría roto a través de una llamada de teléfono a lo largo de estas semanas. Eso sí, según el informador, “ambos tienen las vidas llenas en el buen sentido y siempre quedará amor”. Vamos, que intentan dar a conocer que han roto, pero de buen rollo. Unos buenos términos que estas fotos podrían poner ahora en tela de juicio.
Según captaban los paparazzis, que se encuentran haciendo guardia en la puerta de Affleck hasta el momento en el que Ana decida pasar a recoger sus pertenencias, el protagonista de ‘Batman’ se habría deshecho de un recorte a tamaño real de su exnovia que acababa en la basura. Lo hacía encargándoselo a alguien que, delante de las cámaras y en lo que ya es toda una declaración de intenciones, tiraba el cartón al cubo que se encuentra en el domicilio de Ben. De hecho, el recorte era tan grande que se precisaba de dos hombres para lograr meter a la Ana de cartón en el cubículo. La imagen es, cuando menos, grotesca.
Dicho recorte saltaba a la prensa el pasado mes de junio cuando los hijos de Affleck lo sacaban al jardín para jugar con él. Ahora parece que el intérprete no soporta tener una imagen a tamaño real de su ex en casa mientras supera el duelo y ha decidido tirarla a la basura. No lo culpamos, ¿quién querría semejante objeto del tamaño de su expareja en casa?
