A las 8:19 pm del sábado 16 de enero del 2021, la Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional Cubano registró un sismo reportado como perceptible, localizado en las coordenadas 19.712 grados de latitud norte y los 75.285 grados de longitud oeste, con una profundidad de 24 km.
El mismo tuvo una magnitud de 3.9 y estuvo localizado a 35.5 km al suroeste de Caimanera en la provincia de Guantánamo. Este es el sismo perceptible No 1 del año 2021.
Se sintió reporte de perceptibilidad en varios municipios de Guantánamo y Santiago de Cuba, según informó el Dr.C Enrique Arango, jefe del Servicio Sismológico Nacional perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).
Sin reportes de daños humanos ni materiales, el terremoto abre las estadísticas de ese comportamiento de las profundidades de la tierra en el nuevo año, signado por la incógnita de lo imprevisible.
En informaciones ofrecidas por los científicos del Cenais, el mes de enero es un periodo en que con frecuencia suceden estos tipos de eventos.
Desde septiembre del pasado año no ocurría un temblor perceptible en la nación cubana y este acontece a un día de conmemorarse los cinco años del famoso enjambre de terremotos ocurridos el 17 de enero de 2016, en Santiago de Cuba.
Los terremotos son fenómenos geológicos cuyo origen se encuentra en el interior de la tierra. Específicamente en Cuba estos son de origen tectónico, relacionados a estructuras geológicas activas.
En Cuba se reconocen tres tipos, los que están asociados al límite de placas entre la de Norte América y el Caribe, que es el de entre placas. Luego hay una zona que se ve afectada por este límite de placa, que es el llamado terremoto de interfase y por último los que suceden en el interior de placa.
Santiago de Cuba está ubicada muy cerca a la falla Oriente que limita las fronteras de las placas tectónicas de norte América y la del Caribe. Los terremotos fuertes que se han registrado en Cuba han ocurrido a lo largo de esta frontera de placa tectónica debido a que se necesita físicamente un área bastante grande en una falla importante para generar un evento fuerte.
En 2016 hubo un enjambre a partir de un fuerte terremoto de magnitud 5,5, al suroeste de esta ciudad, y continuaron en la zona otros de 4,8 y 4,7; o sea, no había mucha diferencia entre el primero y los restantes, no se veía un evento principal con sus réplicas sino varios de magnitud muy cercanas.
En 2017 se trató de un sismo de una magnitud 5,8, más hacia el suroeste, seguido de réplicas de poco más de 3, que entre el tiempo y su magnitud liberaron muy poca energía.
No se tienen evidencias científicas para explicar la causa de la elevada actividad sísmica en esta época del año.
