Desde hoy, y en un intento de controlar el alza de casos de coronavirus en el país, se comenzará a exigir en todos los aeropuertos de Cuba a los viajeros internacionales la presentación de una PCR negativa para la COVID-19 que haya sido realizada en las ultimas 72 horas en un laboratorio certificado en el país de origen.
De igual forma, los viajeros residentes en Cuba o visitantes que arriben al país se les hará en frontera una nueva prueba de PCR, que se repetirá a los cinco días a quienes no sean turistas, como han informado por estos días las autoridades sanitarias, tiempo durante el cual deben permanecer en confinamiento, tanto ellos como sus convivientes.
Aquellos cubanos residentes permanentes en Cuba que consideren que en sus hogares no hay las condiciones necesarias para mantener su aislamiento durante el período de cuarentena impuesto por el Gobierno tendrán la posibilidad de hospedarse en hoteles dispuestos en cada provincia, los cuales tendrán que pagar de sus propios bolsillos.
La exigencia del PCR para entrar responde al repunte en la isla de diagnosticados con el coronavirus SARS-CoV-2, muchos de ellos con fuente de infección en el exterior o asociados a estos, tras la apertura de los aeropuertos entre octubre y mediados de noviembre último.
En La Habana, como parte del enfrentamiento a la pandemia, desde el pasado 7 de enero se aplica Nasalferón, producto de la biotecnología cubana que aseguran que disminuye la propagación del coronavirus, a viajeros y convivientes en Boyeros y Diez de Octubre, y a partir del viernes ocho se extendió al resto de los municipios, con excepción de Plaza de la Revolución y Playa, donde se aplicará un nuevo protocolo, según trascendió en reunión del Consejo de Defensa Provincial (CDP).
Ante el incremento del número de casos autóctonos en varias provincias del país, motivado por la presencia de viajeros, el Gobierno retomó el sábado un grupo de medidas restrictivas para contener la epidemia.
Entre estas figuran la reducción de los servicios y las visitas en los hospitales, hogares de ancianos y maternos; reactivar los mecanismos de organización y control de colas; regular el acceso a los aeropuertos hasta dos personas por viajero, incluido el chófer.
También aplicar multas a propietarios de viviendas que permitan la salida de viajeros antes de obtener el resultado del PCR; y reforzar el accionar de los cuerpos de la Inspección Sanitaria Estatal y el resto de los organismos tantos en las instituciones de Salud como de otros sectores.
Una de las medidas adoptadas, y que entró en vigor a inicios de año, fue reducir la entrada de vuelos procedentes de Estados Unidos, México, Panamá, Bahamas, Haití y República Dominicana, países que registran la mayor incidencia de casos.


