A pocos días de comenzar enero y su Tarea Ordenamiento, los cubanos se enfrentan a demasiadas vicisitudes a la vez, las que amenazan con destruir completamente la cordura del ciudadano.
Algunos han tenido que regresar a sus hogares para buscar el dinero suficiente para completar la compra del agro o de la bodega, otros siguen quejándose de la escandalosa subida del precio de la guagua, y otros se encuentran en el fuego cruzado de los dependientes de comercios estatales y privados, que los refieren a otras tiendas «que deben aceptar CUC», esbozando, al fin, un juego de pinball infinito donde no se logra nada.
La población cubana volvió a la actividad luego de los festejos de fin año con el implemento de los nuevos precios (sobre todo los de los alimentos, del transporte y del sector privado, pues las sonadas tarifas eléctricas no se sentirán hasta febrero), que, a pesar de haber sido anunciados y detallados, no dejaron de ser un shock traumático para la población.
Raísa Lemus arduamente compró la comida del mes a pocos metros de la famosa intersección de 12 y 23 en El Vedado, La Habana. Cuando fue a adquirir los productos de la libreta de abastecimiento (a la que todo cubano tiene derecho y con la que se compran productos básicos a modo de subsidio), el dinero que traía encima no le fue suficiente y tuvo que recoger lo que le alcanzó y volver a su casa para buscar más dinero y regresar luego a la bodega.
En medio de eso, le preocupaba estar demasiado tiempo fuera de la casa porque no tuvo otra opción que dejar a su hijo de año y medio solo en la casa mientras ella compraba lo esencial.
A esta cantante de 39 años le fue incrementado el salario a 3,000 pesos (125 dólares), cifra insuficiente cuando se toma en cuenta la nueva situación económica. Cuando sacó la cuenta, iba a tener que pagar unos 1,000 CUP por los productos básicos normados.
Otro dolor de cabeza emana con la nueva política de no aceptar CUC en casi ningún comercio, a pesar de que se suponía que esta moneda siguiera circulando hasta junio de este año, mientras iba desapareciendo paulatinamente. Nadie dijo nunca nada de dejar de usarlos de un día para otro.
A uno solo le queda verse envuelto en tal desorientación y probar en todas las tiendas abiertas para ver en cuál hay suerte.
Los bancos se hallan desbordados y muchas CADECAS las están reparando, por lo que se hallan fuera de servicio indefinidamente. Encima, los récords de contagios del virus de la COVID-19 solo logran intimidar a las personas más vulnerables, que se hallan temerosas pero estoicas en la cola del banco (pues no tienen otra opción).
Pese a que la Tarea Ordenamiento y cada una de su implicaciones fueron advertidas y detalladas en varios medios de carácter nacional con un mes de antelación, los cubanos no han sido capaces de asimilar la nueva realidad y se niegan a aceptar estas medidas.
La subida de 40 centavos a 2 CUP del pasaje del transporte público es un tema todavía muy polémico; las cifras totales que gastaría una persona tomando, como máximo, 2 guaguas al día, asustan a cualquiera.
Una de las principales problemáticas radica en que el incremento de los salarios y pensiones y el de los precios no son paralelos y nivelados: mientras los sueldos aumentan 3 o 4 veces su valor anterior, los precios aumentan 5, 6, 7, 10 y hasta 20 veces, como es el caso del pan normado, que pasó a valer 1 peso luego de valer 5 centavos por décadas.
La electricidad y demás servicios y productos básicos también sufrieron un aumento estrepitoso de tarifas.
