Los emigrados en La Florida están que arden con las nuevas reformas económicas que se comenzaron a implementar en la isla como parte de la Tarea Ordenamiento, trayendo a colación lo obvio: que ahora cualquier ayuda que envíen a sus familiares en Cuba no va a servir de nada porque con 50 o 100 dólares estadounidenses que mandaba hace un par de meses, ahora les sirve para el pollo de la bodega y nada más.
La desaparición paulatina del CUC ya empezó a sentirse en las calles cubanas, dejando únicamente el CUP y la moneda virtual MLC, todo rigiéndose por una tasa cambiaria con la que no se puede inventar: es 24 por 1 de Pinar del Río a Guantánamo. Parecería que solo el nivel empresarial sufriría una devaluación, pero al aumentar los precios en este sector y los precios mayoristas, el comercio minorista elevará sus precios a la par.
Por tanto, el costo de vida de los cubanos sufrirá una elevación significativa al aumentar considerablemente los costes de los productos y servicios, y todo se incluye en el espectro. Tanto el pan de la libreta de abastecimiento como la pizza 75 CUP que se engulle cuando no aparece nada más asequible que llevarse a la boca, siendo estos representativos de los sectores estatal y privado respectivamente, verán un aumento de precios, por lo que los cubanos de aquí y de allá se verán en aprietos cuando ni el salario ni la ayuda suplan las necesidades básicas.
Las autoridades del país informaron hace un par de meses que el precio de la canasta básica mensual normada se multiplica por 10; solo con eso ya no dan las cuentas.
Yoandy, joven cubano que vive en Ecuador, comenta que su madre es ama de casa, su padre está jubilado y su hermana estudia, por lo que él se ve como único sostén de la familia, resaltando que cada dólar que él manda a su familia tiene ahora menos valor.
Incluso los topes que el gobierno establece no podrán amortiguar en su totalidad de alcance el incremento de los precios.
Pedro Monreal, economista cubano, destaca que el gobierno asume con realismo la probabilidad de riesgos inflacionarios que redujesen el poder adquisitivo promedio. Este panorama hará estragos en la población residente en Cuba y los emigrados cuyas remesas sustentan gran parte de la economía familiar cubana.
Las transacciones directas en MLC parecen ser una mejor alternativa, pero no en todos los municipios de la geografía nacional existen tiendas con esta modalidad de pago, o también están desabastecidas, o los precios espantan al que se atreva a llegar.
Las compras online también han salvado unas cuantas vidas, sobre todo en esta cuarentena, en tiendas virtuales como MallHabana, Nercado Envíoscuba, Globestar o La Jabalina, que, desde luego, suplen necesidades urgentes como alimentos o productos de aseo; sin embargo, los precios son también bastante altos.
La mejor opción o, por lo menos, a la que más recurren es el envío de divisas fuertes por vías informales, puesto que el mercado cambiario en estos ámbitos se tergiversa y cada dólar puede llegar a cotizarse en alrededor de 4º o 45 CUP. El envío por «mulas» o terceros tampoco se ve exento de problemas o amenazas, a los que habría que sumar los costos del «servicio de transportación».
