Los gobiernos provinciales han comenzado a topar los precios de venta de los cuentapropistas, sobre todo aquellos que venden alimentos, como las cafeterías y los restaurantes, en un intento por controlar la inflación tras el aumento salarial y la desaparición del CUC del juego económico en la isla.
Aunque inicialmente se había asegurado que los negocios privados tendrían la oportunidad de aumentar un máximo de tres veces el valor de venta de sus productos, ya que las materias primas para su elaboración también subirían de precio, parece que en la práctica no será de esta forma y que serán las propias autoridades las que controlarán, topándolos, lo que han dado a llamar «precios abusivos» provocados por la propia inflación.
Una de las primeras provincias en tomar la arrancada para limitar los precios de venta de una amplia variedad de productos alimenticios ha sido Holguín, cuyo Consejo de la Administración publicó un listado oficial de los precios minoristas máximos, de lo que ellos consideran los «productos alimenticios más demandados por la población» y que son comercializados por los trabajadores por cuenta propia.
En el listado figuran desde granizados, jugos, refresco, maltas, cervezas, café, así como pizzas, espaguetis, bocaditos, dulces finos y helados, hasta las llamadas «completas» y los precios que pueden tener los pelados en las barberías particulares.
Desde ahora, los negocios privados en Holguín podrán vender, por ejemplo, los refrescos enlatadas por 25 pesos cubanos (CUP), las cervezas nacionales por 45 CUP, un pan con hamburguesa a 15 CUP, las pizzas de queso por un máximo de 10 pesos y un pelado no podrá costar más de 30 pesos.
La otra provincia en tomar la decisión de topar los precios ha sido Santiago de Cuba, cuyo Consejo de la Administración Provincial aprobó un listado de «tarifas máximas» que podrán aplicar los trabajadores por cuenta propia, las cooperativas no agropecuarias, cooperativas agropecuarias, de créditos y servicios, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa y otras formas de gestión no estatal para la actividad de cafeterías, pizzerías, venta de alimentos ligeros y servicios.
En este caso, la cantidad de alimentos topados es superior a la de la provincia de Holguín, y algunos resultan verdaderamente alarmantes, al menos para los bolsillos, pues por ejemplo, un pomo de refresco de 1.5 litros podrá comercializarse hasta por 80 CUP, lo que significa el doble de su actual valor en negocios privados, y una cerveza nacional, como la Cristal o la Bucanero, pueden llegar a costar hasta 60 CUP.
