El Gobierno cubano ha sido tajante en su respuesta al personal médico en la isla que durante las ultimas semanas, luego de anunciarse el aumento salarial, comenzó a reclamar desde las redes sociales lo que consideraban que era un pago justo por las guardias que realizar en la noche en las instituciones de salud.
La respuesta vino de voz de la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, quien tuvo que reconocer ayer al intervenir en el espacio de la televisión estatal Mesa Redonda que las guardias médicas habían sido hasta el momento uno de los temas que más opiniones negativas generó luego del anuncio de la reforma salarial.
«La guardia no se paga, lo que se paga aquí es la nocturnidad», dijo la ministra, recordando que antes del 2013 incluso no existía un pago diferenciado por ese concepto.
Sin embargo, admitió que la guardia nocturna en los hospitales y los policlínicos es «fuerte», para luego agregar que hubo un «error en las peticiones» de los que se quejaron en las ultimas semanas.
«Priorizamos el incremento de la escala salarial, los pagos por las categorías de Máster o especialidad equivalente y el grado científico de Doctor y, en el caso de la salud pública, se elevó 5,5 veces el pago adicional por impartir docencia. No hubo olvido», aseveró.
Aunque no cerraron de golpe y porrazo la puerta, todo parece indicar que la posibilidad de un pago diferenciado más elevado por este motivo quedará postegardo hasta «que las condiciones de la economía lo permitan», un justificación que ya se ha convertido en la respuesta preferida de las autoridades cubanas cuando quieren evadir temas como este.
A mediados de diciembre, médicos cubanos que trabajan en la Isla lanzaron una campaña de recogida de firmas para pedir al Ministerio del Trabajo y al Ministerio de Salud Pública que reconsidera lo que paga por las guardias médicas en la Isla, luego de que en la Tarea Ordenamiento estas sumas quedaran sin modificación.
El personal médico cubano siempre se ha quejado del pago irrisorio que reciben por las guardias que realizan en sus centros laborales, las que suponen extenuantes jornadas de trabajo de 24 horas, que una vez terminadas a menudo deben proseguir.
