El Ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, aclaró que los viajeros procedentes de Estados Unidos, cubanos en casi su totalidad, representan el 46% de los casos importados positivos al virus de la COVID-19.
Se sostuvo ayer la última reunión del año de la comisión de prevención y control del virus de la COVID-19 en Cuba por el Gobierno y profesionales sanitarios, donde se dejó ver que, estadísticamente, unos 15 viajeros arribados en el último mes por cada 1000 resultaron portadores del virus.
Los datos fueron precisos: el diagnóstico aumentó en un 53.1%, los casos autóctonos en un 50.4% y los importados en un 55.9%.
La última semana ha sido la más crítica desde el inicio de la pandemia en Cuba en marzo. Se hallaron 826 nuevos pacientes, concentrados en su mayoría en las provincias de La Habana, Artemisa, Mayabeque, Santiago de Cuba, Matanzas y Villa Clara.
Por supuesto, este incremento desproporcionado de diagnóstico de casos autóctonos e importados se dio a causa de la apertura de los aeropuertos para vuelos comerciales, pues es conocido que un gran porcentaje de los viajeros internacionales que arriban a Cuba infectados con el virus, lo transmiten a sus contactos principalmente en el segundo día de su estancia.
Autoridades y analistas confirmaron que la transmisión del virus hacia ciudadanos nacionales (los que son casos autóctonos) ocurre, principalmente, por violaciones del protocolo sanitario de prevención y control del virus.
En este mes ha sido común romper el récord de contagios cada semana, y otro más se rompió anoche con 229 nuevos casos en un día, además de una muerte, por lo que el país ya completa las cifras de 11434 contagios y 143 fallecidos desde marzo.
Se implantarán nuevas medidas de prevención sanitaria con carácter urgente: aminorar la entrada de viajeros procedentes de Estados Unidos, Panamá, México, República Dominicana, Haití y Bahamas (desde el próximo 1ro de enero de 2021), y (a partir del 10 de enero) será obligatorio entrar al territorio nacional con el resultado de una prueba PCR negativa, realizada en 72 horas antes y emitida por un laboratorio certificado del país de procedencia.
