Ulises Toirac, reconocido humorista cubano por sus roles como Juan Marchante alias Chivichana en Jura decir la Verdad y como Matute en Sabadazo, ofreció en sus redes sociales unos simpáticos versos por los agudos precios que se exhiben en las tiendas estatales en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Escribió:
«Si un bombillo vale eso
en la tienda emelecé
calculo que pa un bisté
o para comprar un queso
o pa poder darle un beso
a una barra de guayaba
hay que cargar una jaba de pelucas en billetes».
Continuó:
«Esto está de apaga y vete: se acabó lo que se daba».
Concluyó con:
“No valdrá que un simple amigo
te quiera mandar estilla
hará falta una flotilla
para que carguen contigo
no es de chiste lo que digo
pensé mucho, lo confieso:
hace falta un chorro ‘e peso
pa sostener al cubano
a no ser que sea tu hermano
el mismísimo Jeff Bezos».
Fue anexada a esta publicación la fotografía de unos bombillos que son ofertados en dichas tiendas, uno cotizado en 10 dólares y otro en 7.
No es la primera vez que el cómico se refiere de forma mordaz a la realidad del cubano desde plataformas públicas online; en otra ocasión satirizó las nuevas tarifas del servicio eléctrico, las que se implementarán con la «Tarea Ordenamiento» en 2021 cuando el CUC cese en su carácter de moneda circulante en el país.
Aquel crudo sarcasmo fue formulado como una carta a Santa Claus, idónea propuesta humorística dadas las fechas celebratorias. Su prosa explicitó entonces cómo temía ser catalogado como «mercenario» y meterse en un problema por importar algo desde el extranjero y confraternizar con nórdicos (haciendo referencia al Polo Norte), pero que se arriesgaría porque en estas celebraciones uno busca a ver qué puede conseguir.
Toirac conmemoró en dicha carta cómo su padre pretendió formar un árbol de Navidad con dos bombillos incandescentes hace unos años. Mofando la situación, recordó cómo «papi» tomó un retoño de areca y los sembró en el cubo que en su casa solo se usaba para el agua de trapear el piso, para luego sostener los bombillos con palitos de tender y el cable de la electricidad era tan robusto que no se podía disimular.
Al sollozar por no poder demostrar cómo su padre simulaba el efecto parpadeante de las luces navideñas, planteó en esa forma tan irónica y comédica el problema de la escasez de bombillos en Cuba.
Las tiendas en MLC han sido especialmente polémicas y criticadas por todo el pueblo desde su inauguración porque esa constituye una divisa (varias divisas, de hecho) que el cubano promedio se ve incapaz de costear o adquirir, pues solo llegan al país en forma de remesa u, ocasionalmente, a forma de pago o salario para nacionales que se empleen laboralmente con entidades extranjeras. De no ser así, la otra opción sería comprar esta moneda al Estado, pero este advirtió que no cuenta con suficiente liquidez (de ahí la apertura de estas tiendas, las que no son más que un intento desesperado por recuperar divisas foráneas), por lo que solo queda la alternativa de comprarla a sobreprecio en el mercado informal cubano.
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