Un edificio multifamiliar de tres pisos, localizado en el número 31 de Malecón entre Prado y Cárcel, en el capitalino municipio de Centro Habana, sufrió un derrumbe parcial del que varios individuos salieron lesionados.
Kendrys Puig González, de 16 años, quedó bajo los escombros al colapsar la cubierta de uno de los apartamentos, por lo que quedó con múltiples fracturas en la clavícula, la pelvis y los brazos, y su madre, Bárbara González Socarrás, de 38 años y dueña del apartamento en cuestión, también resultó lastimada del incidente.
Según vecinos del edificio, el joven fue rescatado y, sin mayor dilación, fue llevado al hospital Juan Manuel Márquez, en donde está internado y fuera de peligro.
Los residentes aseguraron que el sitio del derrumbe no ha recibido visitas de policía o bomberos, pero sí de miembro del Consejo Popular Colón con el objetivo de valorar las circunstancias sin llegar a conclusiones útiles, solo recomendaron a los habitantes del edificio la evacuación.
En el muro del malecón y en portales contiguos al deteriorado inmueble, con casi un siglo a sus espaldas y declarado en ruinas desde el Período Especial, es donde los vecinos aguardan sentados, por si acaso vuelven a desplomarse a trozos sus viviendas. Otrora hotel Sur, prostíbulo habanero de excelencia, la construcción cuenta con un enorme ascensor atascado desde hace años y que cuelga de un hilo y, según cuentan los mismos residentes, ya es el tercer derrumbe parcial que ocurre.
Los vecinos que quedan, que no son pocos y entre los que se encuentran discapacitados y menores, viven «con mucho miedo a morir aplastados».
Un residente, cuyo apartamento había sido calificado con riesgo de «posible derrumbe» desde tres años antes, sufrió lesiones cuando su vivienda colapsó en 2015. Asimismo, la eliminación de todos los balcones del inmueble fue la solución encontrada por las autoridades del momento tras el desplome de un balcón en 2003, que dejó en situación de discapacidad física y con varias cicatrices a la propietaria del apartamento.
No hablemos de pintura y otros elementos ornamentales, pero es notable que alrededor de un 80% de los edificios del municipio de Centro Habana necesiten reparaciones capitales, al punto de que muchos de ellos, por tirarlos al abandono, hayan sufrido derrumbes o estén en inminente peligro de colapso, lo que, sumado a la gran cantidad de ciudadelas, el hacinamiento y los problema infraestructurales, hace que muchísimas personas corran peligro al vivir o siquiera caminar por tan céntricas calles.
