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¡¡Cerdo por la libreta y con carnet de identidad!! Así será la Navidad y el fin de año en La Habana

La oferta gubernamental para este fin de año para adquirir carne de puerco consiste en acercarse a un punto de venta habilitado, esperar pacientemente las 4 (o más) horas de cola y rezar por alcanzar a ese producto de dudosa calidad y procedencia; pero es que en esos pocos puntos es donde la libra cuesta 40 pesos, porque fuera de ellos está a 55.

Amalia Fariñas Cepero se lamentaba mientras esperaba su turno en el punto habilitado en el mercado agropecuario de 19 y B (El Vedado), diciendo que estas celebraciones ya solo son dolores de cabeza, prepararlas ya se hacen más angustiantes que joviales.

La escasez y el racionamiento de alimentos han generado en este cierre de año una ansiedad latente para todos los cubanos, por eso los que acuden a los puestos del Gobierno para adquirir el plato principal de la cena tradicional, es porque desean garantizar a toda costa la carne de cerdo para las festividades.

Fariñas Cepero concluyó alegando que, en realidad, el dilema no recae en las colas o en los precios, sino en la incertidumbre de si alcanzará o no el producto para todos.

A pesar de que las posibilidades de compra de productos ahumados, pescados y embutidos también existe para los habaneros, nadie renuncia a la bien cubana carne de cerdo en fin de año.

En el punto de venta ubicado en Monte y Carmen (en el consejo popular Tallapiedra de La Habana Vieja), se encuentra desde hace dos días en la cola el ex entrenador de béisbol Juan Miguel Parra, quien se cuestionó sobre las apariencias que hay que mantener, los sacrificios que hay que realizar para disfrazar la realidad cubana, y si las tradiciones se romperán también por culpa de esas apariencias.

En dichos puntos estatales, todos conocen que la calidad de la carne es «la que llegue», si llega, porque tal vez no alcanza, pero si se tiene suerte, ya será demasiado tarde para adquirir un pedazo aceptable (en calidad y cantidad).

Parra subrayó que no es que esas otras ofertas se estén obviando, pero es que el cubano desea garantizar el símbolo de la única celebración verdaderamente apolítica y no ideológica que queda, en la que el único objetivo real es disfrutar con familia, amigos y allegados. La carne de cerdo es preciada por todos los cubanos no solo por ser gustosa, sino por representar la esencia de nuestras costumbres y nuestras festividades.

Esta oferta se rige, además, por un riguroso protocolo de compra para evitar acaparamientos, por lo que es obligatorio presentar carnet de identidad y libreta de abastecimiento a la hora de la compra «liberada, pero controlada», la que se estará efectuando desde el 20 al 31 de diciembre.

Gladis Urquiola Menéndez, en la cola de El Reina, en Calzada 10 de Octubre y Avenida Acosta, alegó irónica que, por supuesto, la culpa de que en Cuba todos los núcleos no coman carne de cerdo este año es de los coleros y acaparadores, claro, porque estos sujetos son los responsables de la planificación económica del país. Urquiola prosiguió recordando a aquellos residentes en la capital que no cuentan con libreta de abastecimiento, quienes se ven excluidos de esta oferta y caen a merced de los que venden la libra de carne a 55 pesos.

7.00 am, amanece con un poco de frío en La Habana, salgo a llevar al perro a su paseo matinal y por quinto día…

Posted by Jorge Gómez de Mello on Thursday, December 24, 2020

Los vecinos del municipio Playa se quejan, además, de la distribución de los puntos de venta, porque, entre 6 puntos, hay residentes que tienen que caminar tres kilómetros para llegar al puesto más cercano; ese es el caso de los de Jaimanitas, quienes tienen que ir hasta Santa Fe o El Náutico.

Aurora Olivia Martín, vecina del consejo popular Romerillo, explicó que ella y sus vecinos tienen que ir a Buena Vista o El Náutico, pero sin duda los más afectados son los de Jaimanitas, porque a los de Romerillo, Náutico, Siboney y Flores no les queda tan lejos. Y es que no vale casi la pena hacer colas de días (porque en un mismo punto de venta hay listados 3 o 4 repartos) para que el producto no resulte particularmente barato.

En el punto de Plaza Cerro, en Colón y Velarde, a un ex miembro de la Fuerzas Armadas y vecino de El Canal, Eduardo Guzmán Zayas, le costó 80 pesos el turno para comprar la carne. Guzmán se vio obligado a comprar el turno porque su salud y la de su esposa les impiden mantenerse demasiado tiempo de pie, y ya el trayecto desde su barriada hasta el punto de venta son poco más de 2 kilómetros. Ellos solo pueden darse el lujo de comprar el turno porque sus dos hijos viven en Europa.

Marisol, una vendedora de turnos, alegó que es esa la única forma de reunir algo de dinero para comprar su pedazo de carne. Esta mujer es madre soltera con tres hijos menores de edad y una anciana a su cargo, y se encuentra desempleada desde hace cuatro meses, por lo que no tiene alternativa más que realizar este tipo de recados con riesgo de multa. Lo peor es que teme a que cuando reúna el dinero, se haya agotado la carne.


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