El desconocimiento del paradero del adolescente cubano Yosvany Villar Ávila, de 14 años de edad y con discapacidad intelectual, tiene a su familia revolucionada intentando buscar cualquier vestigio que pueda indicar cómo encontrarlo, a lo que la policía local ha respondido solo con «advertencias».
Las autoridades reclamaron que no publicaran más fotos del menor en redes sociales, la manera en que la familia ha resuelto la investigación con sus recursos pues, según lo que los mismos parientes explicaron al medio digital Diario de Cuba que les exigió la policía, dichas fotos «incitan a movimientos en contra de la Revolución y realizar campañas de difamación para tergiversar la imagen pública del sistema político cubano».
Yosvany fue divisado por última vez hace diez días en la esquina de su casa, en el capitalino barrio de Lawton. La abuela materna del niño, Elena Pérez Alfonso, comentó al citado medio que el lamento de la familia solo comenzó a llamar la atención de las autoridades policiales una vez que iniciaron el llamado de ayuda vía redes sociales, pero que el menor continúa sin dar señales.
También explicaron que se presentaron en la unidad de la PNR del municipio Diez de Octubre, cuando se sintieron gravemente alarmados por los rumores que comenzaron a circular por la barriada sobre la posibilidad de que Yosvany fuera visto de la mano de un hombre alto el día de su desaparición.
En la estación, como continúa relatando la abuela, les fue negada la petición de búsqueda y de la realización de un retrato hablado del sospechoso por un oficial de menores, pues les aseguraron «que el adolescente aparecería con su foto circulando por las estaciones de la provincia». Además, les instó a confiar en las autoridades policiales, con la «advertencia» de no proseguir con la publicación de fotografías de Yosvany en redes sociales, ya que podrían «tener problemas».
Por su parte, Airobis Ávila Pérez, madre del menor desaparecido, no puede contener la desesperación luego de tanto tiempo sin recibir noticias, y comentó al medio de prensa que el padre de Yosvany vino de Caimito, donde vive, para ayudar a investigar. La rutina ha sido la misma por una semana: de pie a las 3:00 am y a empezar a andar las calles, preguntando extraños y enseñando su imagen. Señala, además, que les fue dada una pista al creerse haberle visto bañándose en el Malecón, pero resultó un callejón sin salida.
La madre, entre sollozos, mencionó que no tenían intenciones de crearse problemas con la policía, pues sopesan con seriedad las «advertencias» que les fueron dadas, pero no detendrán la búsqueda porque confían o, más bien, les urge que alguien tenga alguna pista de su paradero y que el niño sea encontrado.


